Para probar, sin dudas, qué tanto desprecio sienten los panistas por los habitantes de esta ciudad, ahora están pensando –y muy en serio– en lanzar a Xóchitl Gálvez como candidata al gobierno de la capital del país.
Dicen los azules que la cosa va en serio. Las posibilidades de presentar un candidato con arraigo en esta urbe se consideran esfumadas. Los problemas generados por los malos manejos de los liderazgos del organismo en la administración de alcaldías como Benito Juárez o Miguel Hidalgo desmoronaron las esperanzas panistas.
Hasta hace algunos meses, en cualquier parte de la ciudad, se decía que la oposición podía dar un vuelco a la historia que la izquierda ha protagonizado en la capital del país. Entonces los nombres de Santiago Taboada y de Mauricio Tabe sonaban fuerte para competir en contra de quien representara a Morena.
Por esos tiempos, desde lo más profundo del blanquiazul, se descartó a la señora Gálvez como posible candidata; poco o nada se quería saber de ella en la cúpula de ese partido, ya que no se le daba ninguna posibilidad de triunfo por más que la señora se esforzara por parecer militante del organismo de derecha.
No obstante, la corrupción cortó los brazos y hasta las esperanzas a los azules. El trabajo de la Fiscalía General de Justicia, a cargo de Ernestina Godoy, halló entre los del PAN una cadena de corrupción que se ha dado por llamar el cártel inmobiliario, que operó principalmente en la alcaldía Benito Juárez, pero también hizo de las suyas en Miguel Hidalgo.
Lo que se conoce hasta ahora de la investigación comenzada por la Fiscalía no deja dudas de las formas de operar de quienes estuvieron al frente de las delegaciones, hoy alcaldías, y de cómo buscaron enriquecerse, y aunque se trató de ocultar, a final de cuentas gracias a la casualidad y la perseverancia de la fiscal, se ha logrado saber cómo actuaban y cómo burlaban no sólo a la autoridad, sino a los habitantes de los lugares que gobernaban que una y otra vez se manifestaron en contra de las construcciones.
Y es que fue, como ya se sabe, un accidente en uno de los condominios construidos durante el gobierno panista lo que puso en manos de los investigadores una serie de datos que hablaban de acciones ilícitas. El departamento colapsado por una explosión de gas, y otros más, son propiedad de panistas incrustados en la administración de las alcaldías. La gente, los habitantes de la demarcación, no querían creerlo, pero las pruebas aumentaron y la indagatoria, que va a fondo, aún no termina.
En Benito Juárez y en Miguel Hidalgo, se dice en las calles, no habrá perdón, y Xóchitl Gálvez no podrá borrar el agravio. No tiene el tamaño. Por su parte, Santiago Taboada –quien se dice listo para contender por la Jefatura de Gobierno– ya es señalado como parte del cártel, es decir, no parece que existan posibilidades de que protagonice una buena contienda. Así va el marcador.
De pasadita
En el Congreso de la ciudad hay preocupación porque, para variar, los azules se niegan a dictaminar una iniciativa de la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, que beneficia a 1.25 millones de niños estudiantes de la capital del país.
También, para que a nadie extrañe, los azules se niegan –sin argumentos– a hacer una ley que ayudará a proteger a los niños más necesitados de la Ciudad de México en contra la trata. No es posible que inventando cosas como eso de que los menores de las escuelas particulares también reciban el beneficio se quiera frenar esa importante tarea de protección. Eso no se vale.