Ciudad de México. La deuda pública mundial ha cedido respecto a los niveles máximos que alcanzó en 2020; sin embargo, se mantendrá en alrededor de 91 por ciento de la economía, hasta 7.5 puntos porcentuales por encima de los niveles previos a la pandemia, por lo que es necesario “mantener una política fiscal estricta” al tiempo que se da apoyo a la población más vulnerable, reportó el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Menor espacio fiscal debido a las necesidades de gasto que dejó el primer golpe de la pandemia en cuanto a salud y protección social hace “particularmente vulnerables” a los países de bajos ingresos, dado que 60 por ciento de ellos están “agobiados por la deuda o corren un alto riesgo de contraerla”.
En su Monitor Fiscal, el FMI recomienda a los gobiernos proteger a las familias de bajos ingresos de la pérdidas de ingresos y garantizar su acceso a alimentos y energía, mientras se hace por mantener bajo control endeudamiento con una “postura fiscal estricta” que “no se contraponga a la política monetaria”, reportó el organismo.
En menos de tres años el organismo viró de promover el endeudamiento de los países para atender la emergencia sanitaria por la pandemia de coronavirus, a urgir que se mantengan las metas fiscales bajo control, en un medio de las alertas que vienen de países de altos ingresos: Europa, donde la crisis energética se ha acelerado por la invasión de Rusia a Ucrania; China donde los confinamientos y el sector inmobiliario han frenado a la economía y Estados Unidos, que lanzó un paquete masivo de ayudas con un costo de financiamiento prácticamente nulo, desató su inflación y, como resultado, el encarecimiento del crédito en ese país está generando riesgos financieros en otros.
“La mayoría de los gobiernos se enfrentan a una mayor presión sobre las finanzas públicas, que ya están tensas por la pandemia (….) Ante los shocks de oferta duraderos e inflación generalizada, deben intentar limitar los controles de precios, subsidios o recortes de impuestos. Tal movimiento sería costoso para los presupuestos y, en última instancia, ineficaz”, recomendó el FMI.
En la métrica para México, el organismo estima que el país tendrá más gastos como proporción de su economía, a medida que los ingresos públicos se reducen y la deuda aumenta, aunque se mantendrán los superávit en el balance primario, resultado de restar a los ingresos del gobierno el gasto, sin incluir los intereses de la deuda.
El FMI estima que al cierre de este año el balance público primario sea de 0.8 por ciento del producto interno bruto (PIB) con ingresos equivalentes a 24.6 por ciento y gasto por 28.4, mientras la deuda neta se ubica en 49.1 por ciento.
Para el próximo año anticipa un superávit primario menor, de 0.3 por ciento, con ingresos por 24.4 y gastos equivalentes a 28.5 por ciento del PIB, mientras la deuda avanza otro poco, a 51 por ciento.