Berlín. La economía alemana, la mayor de Europa y sumida en una crisis energética, entrará en recesión con una contracción de 0.4 por ciento en 2023 y una inflación de 7 por ciento, debido a la guerra económica que libra el presidente de Rusia, Vladimir Putin, dijo el ministro de Economía alemán, Robert Habeck.
“Estamos viviendo una difícil crisis energética, que se está convirtiendo cada vez más en una crisis económica”, reconoció el ministro alemán de Economía, Robert Habeck.
Las previsiones más recientes del gobierno alemán prevén una contracción el próximo año, en lugar del crecimiento de 2.5 por ciento previsto anteriormente.
El crecimiento esperado para 2022 también se revisó a la baja, desde un pronóstico de 2.2 por ciento en abril, a 1.4 por ciento, y la inflación al alza, desde de 6.1 a 8.0 por ciento.
Habeck dijo en una rueda de prensa que la contracción, aunque grave, será menor de lo que muchos expertos esperaban, como consecuencia de un corte en el suministro de gas ruso, gracias a las medidas adoptadas por Berlín para proteger la economía.
Esta revisión a la baja de las previsiones confirma los pronósticos del Fondo Monetario Internacional (FMI), que también ve a la primera economía europea caer en recesión el año próximo, al igual que Italia, sólo tres años después del choque económico del covid-19.
“Sin el efecto de la congelación de los precios del gas, la inflación habría sido mucho más alta en 2023”, explicó el Ministerio de Economía en un comunicado.
Alemania dio a conocer a finales de septiembre un plan de 200 mil millones de euros para subsidiar hasta 2024 los precios de la energía consumida por los hogares y las empresas, lo que frenará la inflación el próximo año.
Antes del anuncio de este plan masivo, los principales institutos económicos alemanes habían anunciado que esperaban un aumento de la inflación de 8.8 por ciento para 2023.