Iliatenco, Gro. Coreando “¡agua sí, oro no!” y “¡Zapata, Sandino, seguimos su camino!”, unos 500 indígenas me’phaá (tlapanecos), apoyados por activistas de diversas organizaciones, marcharon ayer en rechazo a la presencia de empresas mineras en este municipio de la Montaña alta de Guerrero.
La movilización se realizó en el contexto de la conmemoración de los 10 años de fundación de la Coordinadora Regional de Autoridades Agrarias en Defensa del Territorio (Craadet), cuyo dirigente, Claudio Santos García, dijo que más de 400 comunidades de seis municipios continúan en la lucha en defensa de la tierra.
Sin embargo, manifestó su preocupación por la creciente presencia de la delincuencia organizada en los núcleos agrarios. “Hay resultados positivos, a pesar de que los gobiernos anteriores pretendieron imponer a empresas extranjeras en la región, pero los pueblos se organizaron y lucharon por su territorio; cuidar el medio ambiente y sus árboles, eso es lo más relevante”, expuso.
Santos García señaló a la empresa canadiense Media Luna de insistir en que se concesione el territorio de la demarcación; “hemos parado la imposición, porque lo quieren hacer sin consultar a las comunidades; en 10 años hemos tenido éxito relevante en defensa del territorio”.
Explicó que en la Craadet, los municipios de San Luis Acatlán, Iliatenco y Malinaltepec se han manifestado contra proyectos mineros en la zona; actualmente trabajan con nosotros Xochistlahuaca y Tlacoachistlahuaca, que están en la mira de las mineras”.
La movilización se inició en el puente ubicado en la entrada a Iliatenco y concluyó una hora después en el auditorio de los bienes comunales, un recorrido de alrededor de tres kilómetros.
Claudio Santos García alertó que a los núcleos agrarios les preocupa “cómo defenderse de la delincuencia; sabemos que están a las puertas; ahora la lucha continúa en defensa del agua y contra el crimen organizado. Hay que trabajar para que no entre en nuestros municipios”.
En tanto, Salvador Campanu, del Consejo de Pueblos de Cherán, Michoacán, reconoció a los pueblos indígenas de Guerrero que “han manifestado su organización para liberarse de las cosas que los oprimen. Han dicho ¡ya basta! Eso les permite una vida comunitaria, haciendo el uso de la libre determinación para llegar a la autonomía y ponerla en la práctica”.
El sistema capitalista “sigue trabajando con sus políticas neoliberales, haciendo uso de su programa de globalización que afecta a los indios, porque el capitalismo quiere hacerse dueño de los territorios donde existen los recursos naturales que les dan ganancia.
“No les importa a quien despojan de sus tierras; hay una crisis de desesperación en el capitalismo para tener más ganancias, pero en Guerrero hay organización y están buscando la mejor salida”, destacó.
El director del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, Abel Barrera Hernández, consideró que “hay una dimensión sagrada del territorio que es el sentido de la gratuidad y de la reciprocidad. Una comunidad sabe que no puede existir si no tiene estas redes cosmogónicas, como son el agua, la tierra, los bosques, que forman parte del nicho sagrado de un pueblo que sabe que su matriz es el territorio, donde nace el sentido de pertenencia”.
Miguel Ángel Mijangos, de la Red Mexicana de Afectados por la Minería (REMA), recordó que hace 10 años todos los núcleos agrarios tienen actas de asamblea para definir si avalan los proyectos extractivos, “y hoy Iliatenco vuelve a refrendar el rechazo a las mineras”.