Londres. Al grito de “¡Liberen a Assange!”, más de 5 mil seguidores del fundador de Wikileaks, Julian Assange, formaron ayer una cadena humana alrededor del Palacio de Westminster, sede del Parlamento británico, para exigir su liberación, y protestar contra su extradición a Estados Unidos.
“El periodismo no es un crimen” podía leerse en una de las pancartas de los miles de seguidores que se dieron cita en el centro de la ciudad al seguir la campaña No extraditen a Assange, lanzada el jueves pasado por Internet. También hubo protestas en Australia y Croacia, entre otros países.
Julian lleva casi cuatro años en la prisión más dura del Reino Unido, sin haber cometido delito alguno en este país, aseguró a la prensa la esposa del periodista australiano, Stella Moris, quien llegó a la manifestación acompañado por uno de los dos hijos que tienen en común.
Moris también recalcó que Assange sólo cumplió con su deber como periodista cuando denunció a través de Wikileaks los crímenes de guerra cometidos por militares estadunidenses en Irak y Afganistán.
“Esto es una persecución política. Cualquiera que analice esta situación se da cuenta de que se trata de una injusticia monumental contra un hombre perseguido por autoridades que intentan usar la justicia y el poder del Estado para castigarlo por hacer lo correcto o por poner un ejemplo de superioridad absoluta”, remarcó.
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En declaraciones a Prensa Latina, el ex líder del Partido Laborista y diputado Jeremy Corbyn, quien fue uno de los “eslabones” de la larga cadena humana alrededor del Parlamento, comentó que la eventual extradición del periodista equivaldría a una sentencia de muerte.
Ojalá que los gobiernos de Estados Unidos y Reino Unido escuchen al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien recientemente abogó por la liberación de Assange y le ofreció asilo en su país, señaló Corbyn.
Assange está encerrado en una cárcel de máxima seguridad británica desde su arresto en la embajada de Ecuador en Londres en abril de 2019, a la espera de que la justicia británica se pronuncie sobre la apelación presentada por sus abogados contra la orden de extradición cursada en julio pasado por la entonces ministra del Interior, Priti Patel.
El australiano, de 51 años, está investigado en Estados Unidos por haber publicado en 2010 más de 700 mil documentos confidenciales sobre las actividades del ejército estadunidense, sobre todo en Irak y Afganistán, en la plataforma web Wikileaks.
De ser extraditado a Estados Unidos, podría ser condenado a 175 años de cárcel, ya que le imputarían 17 cargos relacionados con supuestas violaciones de la ley de espionaje estadunidense.