Ciudad de México. Hace varios meses las banquetas y calles de la ciudad se liberaron de los problemas que ocasionaban vehículos como motopatines y bicicletas sin anclaje.
Sin embargo son ahora los motociclistas, cada vez en mayor número, quienes se están apoderando, lo mismo de lugares de esparcimiento que de vías para el tránsito seguro de los peatones.
Solo en la llamada plazuela de los locutores ubicada a un costado del viejo Mercado de San Juan, en la alcaldía Cuauhtémoc, han hecho su base de operaciones decenas de motocicletas que usan repartidores de diversas mercancías.
Estos motociclistas prácticamente se han apropiado de la baqueta de este espacio convirtiéndolo en un lugar ruidoso e inseguro para los transeúntes a pesar de que se trata de un espacio peatonal.
Y no solo en ese parque los transeúntes están en riesgo y tienen que andar toreando a los motociclistas que circulan sobre el área peatonal, hay además varios cruces de avenidas céntricas donde los peatones cuentan con pocos segundos para cruzar la avenida cuando el semáforo marca el el alto para automóviles y Metrobús pero muchas veces no pueden hacerlo porque en esos momentos las motocicletas siguen pasando sin ceder el paso a los peatones.
En otros los motociclistas invaden el paso peatonal marcado en el asfalto o simplemente no respetan la luz roja del semáforo y se pasan el alto esto a pesar de que en los cruceros haya policías de tránsito.
Asimismo las personas que viven en avenidas que son ejes viales se quejan de que no pueden descansar porque en la madrugada siguen pasando muchos motocicletas escandalizando y haciendo ruido.
El viernes pasado, comenta el señor, Manuel Cortes de 78 años, transitaba tranquilamente luego de descender del Metrobús en la estación Juárez ubicada sobre la avenida Balderas.
Añade que se sobresaltó al escuchar un fuerte ruido detrás de él, sorprendido, porque en ese espacio no circulan los vehículos de motor, sin embargo pudo voltear rápidamente y esquivar a un motociclista que circulaba a velocidad sin atender a la seguridad de los peatones.
Detrás de ella, comenta, “venían otras con la misma actitud de circular también rápidamente y sin precaución alguna como si estuvieran jugando carreras”.
El hombre, comentó que prefirió seguir su camino prácticamente junto a la pared para ponerse en un lugar más o menos seguro.