Una hamaca que el presidente Andrés Manuel López Obrador prometió usar en su casa en Tabasco fue el regalo que tejieron para él tres habitantes del estado de México que pasaron injustamente casi dos años tras las rejas y cuyo proceso penal terminó en su liberación a partir de la intervención del mandatario.
Aníbal Cerón Hernández, César Augusto Vázquez Cureño y Juan Carlos Pérez le enviaron el presente al mandatario junto con una carta que fue leída ayer en la conferencia matutina: “Fue hecha con nuestras lágrimas de hombres hundidos en la desolación, impotencia, frustración, y ese miedo que tenemos la gente pobre cuando caemos en manos de autoridades corruptas y sentimos que la justicia nos queda muy lejos”.
Su desventura comenzó cuando fueron a trabajar a Balancán, Tabasco, enviados por la empresa para la que laboraban. Ahí fueron plagiados por delincuentes en colaboración con autoridades, que extorsionaron a la compañía y las familias de los tres jóvenes. Luego fueron acusados de secuestro y pasaron casi dos años recluidos en el penal de Tenosique.
Una reportera independiente (que ayer entregó la hamaca enviada por los jóvenes) llevó el caso a una mañanera en marzo pasado. Ahí, López Obrador instruyó a la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, que atendiera el asunto.
La intercesión del gobierno federal movió los engranajes de la justicia, que hasta ese momento había sido negada a los jóvenes, quienes fueron encontrados no sólo inocentes del secuestro del que habían sido acusados, sino que se les reconoció como víctimas.
“Señor Presidente, este regalo que hoy le enviamos no es costoso, pero sí valioso. Es una hamaca de las muchas que aprendimos a tejer en el penal durante casi dos años de prisión injusta”, dijeron Aníbal, César Augusto y Juan Carlos.
“A partir de su intervención para que se investigara la verdad, nuestros dolores se convirtieron en gran ánimo y profunda fe. Se la entregamos para que cuando descanse sobre ella y esos miles de hilos con que está hecha lo cubran como símbolo de todas las vidas a las que ha devuelto la luz y esperanza en el presente y el futuro como Presidente de México”, añadieron.
“Les da las gracias y un abrazo cariñosísimo”, respondió el mandatario. Mostrando la hamaca que le enviaron, dijo: “Aquí en Palacio no se puede, pero en la casa sí tengo mis hamaqueros... Allá la vamos a disfrutar”.
Al preguntarle sobre la petición de la Comisión Nacional de Búsqueda de una ampliación presupuestal de 300 millones de pesos para poner en operación el Centro Nacional de Identificación Humana, el Presidente aseguró que se otorgarán todos los recursos que hagan falta.