Ginebra. Estados Unidos y sus aliados sufrieron ayer un revés en el Consejo de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas (ONU), que rehusó debatir sobre la situación en China. Una decena de países, entre ellos Estados Unidos y Reino Unido, pidieron que el Consejo organizara un debate sobre la región autónoma uigur de Xinjiang, en el noroeste de China, donde Pekín es acusado de crímenes contra la humanidad por Washington y sus aliados.
Pero el proyecto de decisión fue rechazado por 19 votos en contra, 17 a favor y 11 abstenciones.
China recibió el apoyo de sus aliados tradicionales, como Cuba y Venezuela, pero también de Pakistán e Indonesia, dos grandes países con población musulmana, así como de países africanos.
Esta es la primera vez en la historia del Consejo de Derechos Humanos, establecido en 2006, que un proyecto de decisión se refiere a China.
El resultado de la votación era muy incierto. Horas antes, los occidentales ya habían hecho saber que no descartaban una derrota.
“Las tentativas de China para impedir el debate y ocultar la verdad no tendrán éxito”, afirmó en Twitter el embajador británico, Simon Manley.
La votación de los países africanos miembros del consejo era muy esperada, por la influencia creciente de China en ese continente.
China, que invirtió ampliamente en años recientes en África, especialmente en infraestructura, se ha convertido en el principal acreedor de varios países africanos.
Durante los debates en el consejo, el embajador chino Chen Xu denunció la “politización” del organismo y comparó el proyecto de decisión con un “ejemplo típico de manipulación”.
El proyecto de decisión ocurre tras la publicación el 31 de agosto de un informe del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos sobre Xinjiang, que menciona posibles “crímenes contra la humanidad” y “pruebas creíbles” de torturas.