Sin permiso expreso de los órganos de gobierno de la Cámara de Diputados, integrantes de la comunidad LGBT convocados por la diputada Salma Luévano (Morena) utilizaron durante horas la tribuna para participar en el parlamento de la diversidad sexual y de género.
El uso de la tribuna confrontó al presidente de la Cámara, Santiago Creel Miranda (PAN), que autorizó la entrada de los participantes al salón de sesiones, y la Junta de Coordinación Política, que reclamó el incumplimiento del legislador a preservar la inviolabilidad del recinto.
En medio de la polémica, Creel publicó un oficio suscrito por el secretario técnico de la mesa directiva, Héctor Huertero Mendoza, donde refiere que el panista autorizó el ingreso de la comunidad al Palacio Legislativo, “una visita guiada y el acceso al salón de sesiones”.
Creel buscó sacudirse la responsabilidad y citó en un tuit que “el uso de la tribuna a personas que no son legisladores requiere autorización de la Junta de Coordinación Política, no de la mesa directiva”.
La diputada trans había solicitado el salón de sesiones para realizar el foro, pero no le fue autorizado, pues se preveía que ayer se realizara una sesión ordinaria. A la misma hora tampoco estaba disponible el auditorio del Edificio E, donde la bancada de Morena se reunía con el subsecretario de Hacienda, Gabriel Yorio.
Fuentes de Morena explicaron que la diputada pidió ingresar con algunos de sus invitados a conocer el pleno y tomarse una foto, pero después se negó a salir. Los participantes hablaron desde la tribuna, aunque sin micrófono.
Durante el foro, a un lado de la tribuna fue colgada una bandera del orgullo. Al concluir el encuentro, los asistentes le gritaron a Luévano: “¡No estás sola! ¡Sí se pudo, sí se pudo!”