Un menor crecimiento económico de Estados Unidos para este y el siguiente año tendrá un impacto negativo en indicadores clave de México, mismos que han sido motores de la economía, como remesas, exportaciones e inversión extranjera directa (IED), coincidieron especialistas.
El primer indicador afectado, destacó Marcos Daniel Arias, analista económico de Monex, se ha dado en las remesas, cuyo monto de agosto muestra una clara desaceleración; sin embargo, los mayores efectos se percibirán en los últimos meses de este año y durante el próximo.
Datos del Banco de México (BdeM) mostraron que en agosto pasado las remesas sumaron 5 mil 122 millones de dólares, que si bien precisó el especialista, se trata de un monto cercano a los máximos históricos mensuales, retrocedió en 175 millones de dólares respecto de julio, rompiendo el acelerado crecimiento mostrado en los pasados cinco meses.
Además, en términos de variación anual, la tasa cayó de 16.5 por ciento en julio a 7.8 por ciento en agosto, la más baja desde marzo de 2021.
Alonso Cervera, economista en Jefe para América Latina de Credit Suisse, destacó que la actividad económica de México y sus indicadores han sido sorprendentemente resistentes en lo que va de 2022; sin embargo, es poco probable que esto dure demasiado tiempo dado el empeoramiento de las expectativas de crecimiento globales, principalmente de Estados Unidos.
En un reporte publicado esta semana, la Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo destacó la desaceleración económica en la que se encuentra EU, pues pasará de crecer 5.7 por ciento en 2021 a 1.9 por ciento en 2022 y sólo 0.9 por ciento en 2023, lo que según el organismo, tendrá repercusiones en el dinamismo de México.
De hecho, especialistas del sector privado consultados por el BdeM ya anticipan el impacto del menor crecimiento de EU en la IED, pues esperan que para 2023 sea de aproximadamente 30 mil millones de dólares, lo que implica una fuerte desaceleración de 14 por ciento frente a los 35 mil millones de dólares que prevén para este año.
En tanto, el impacto en el comercio exterior comenzará desde este año, pues en agosto pasado pronosticaban un déficit (mayores importaciones que exportaciones) de 15 mil 500 millones de dólares, el cual subieron en septiembre a 19 mil 850 millones de dólares, lo que significa que las ventas de México al extranjero se debilitarán al cierre de año.
Arias explicó que aunque el impacto de las remesas en el consumo interno de México es significativo, su fortaleza o debilidad depende del exterior, de manera que el cambio en la tendencia de crecimiento económico de Estados Unidos se está acentuando y presiona a la baja a otros de los motores de crecimiento locales, como las exportaciones y la IED.
De acuerdo con datos oficiales, las remesas de enero a agosto sumaron 37 mil 933 millones de dólares, la IED del primer semestre fue de 27 mil 500 millones de dólares; mientras las exportaciones llegaron a 377 mil 946 millones de dólares. Todos, montos sin precedente para un periodo similar; sin embargo, se prevé que a futuro muestren menores tasas de crecimiento.