Saúl Canelo Álvarez es el único capitán de su carrera. Ni organismos ni rivales potenciales, incluso ni promotores, pueden presionarlo a tomar decisiones. La razón es evidente, su éxito lo convierte en un activo que sólo obedece a los cálculos del peleador más popular de los últimos tiempos.
“Canelo ha recibido trato preferencial por su gran trayectoria, igual que lo tuvieron Chávez o Muhammad Ali, pero sin romper el reglamento”, dijo Mauricio Sulaimán, presidente del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) cuan-do se le comentó que el pelirrojo podía elegir a sus contrincantes sin presiones de clasificación o de rivalidades obvias.
El CMB encontró la fórmula para que un pugilista de su talla pudiera negociar combates y evitar conflictos de reglamentos que lo obligaran a pelear en determinadas fechas y con ciertos contrincantes. El campeón franquicia es un estatus que le dio libertad absoluta para decidir los pasos de su carrera. “Quien no entienda que Canelo ya es un boxeador consagrado, no tiene remedio”, agregó Sulaimán sobre las críticas que no cesan sobre ese poder de elección que pocos tienen en el boxeo.
David Benavidez, mexicano campeón del mundo en peso supermediano, se convirtió en el adversario que todos mencionan para el Canelo. Éste pareciera que lo elude, ya sea con el argumento que no quiere enfrentar a sus paisanos o bien porque considera que no tiene suficientes méritos para ser tomado en cuenta.
Sulaimán aclaró que Benavidez tuvo la oportunidad de pelear por un título interino, pero que desde que aceptó sabía que Canelo podía hacer otras peleas este año. Por tanto, decir que el pelirrojo lo está evitando es para el presidente del CMB lo más cercano a la mentira.
“Si hoy Benavidez y su equipo no lo aceptan, están mintiendo; sabían que Saúl ya tenía otros compromisos este año”.