Debido a los constantes operativos de la Guardia Nacional en el sureste del país, los migrantes que desean entrar a México han optado por cambiar los puntos de ingreso y han buscado zonas en medio de la naturaleza, cada vez más peligrosas, sostuvo el Servicio Jesuita a Refugiados México (SJR).

La agrupación tiene registro de al menos 10 caravanas que se han formado este año, algunas con más de 7 mil personas. Karen Pérez, coordinadora de oficina del SJR en Tapachula, Chiapas, consideró que el Instituto Nacional de Migración permite la creación de estos grupos para después desmantelarlos y “cansar” a los viajeros. “Creo que es una estrategia muy bien analizada, es casi militar”, agregó.

Detalló que los extranjeros se comunican por medio de redes sociales para advertir de los retenes de Migración o de la Guardia Nacional. Esto ha generado “un cambio significativo en la forma como se agrupan y de dónde salen. El contexto ha cambiado y ahora entran en grupos pequeños, no grandes, por la constante vigilancia”. Las modificaciones también “han ocasionado más riesgos en la ruta y en los nuevos trayectos son asaltados, les quitan sus documentos, han denunciado que la propia autoridad les solicita pago para poder ingresar”.

A la par, Migración ha emitido formatos de distintas modalidades, y en cada caravana se establecen requisitos distintos.

“La situación hace que las personas se desgasten física y emocionalmente, y están prácticamente cazándolas. Los dejan que avancen y más adelante los vuelven a retener. El caso es que están dando vueltas en círculo porque el instituto les emite estos documentos para poder transitar, pero ellos mismos rompen más adelante las tarjetas”.