Río De Janeiro., El ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, del Partido de los Trabajadores (PT), afirmó anoche: “vamos a ganar… esto es sólo una prórroga”, luego de triunfar en las elecciones presidenciales de Brasil celebradas ayer, pero no con los suficientes votos para evitar una segunda vuelta contra su principal rival, el actual mandatario Jair Bolsonaro, del Partido Liberal, quien se mostró confiado en que vencerá en la ronda del próximo día 30.
Con 99.95 de escrutinio, Lula tenía 48.42 por ciento de sufragios (57 millones 217 mil 853), por 43.21 por ciento de Bolsonaro (51 millones 62 mil 317), informó el Tribunal Superior Electoral (TSE).
Otros nueve candidatos participaron en la elección presidencial, pero sus números son mucho menores que los de los dos punteros.
Dado que ninguno recibió más de 50 por ciento de los votos válidos, que excluyen los nulos y en blanco, debe haber segunda vuelta a celebrarse el 30 de octubre.
Bolsonaro se declaró optimista de cara a la segunda ronda, al destacar que las encuestas se equivocaron y que su partido tuvo un buen resultado en el Congreso. “Vencimos la mentira, ahora tenemos un segundo tiempo por delante”, proclamó ante los medios.
Desde el hotel Jaragua, en Sao Paulo, donde esperó los resultados, Lula señaló: “durante toda esta campaña estuvimos adelante en las encuestas de todos los institutos, incluso en aquellos que no querían nuestro triunfo, pero siempre me pareció que íbamos a ganar estas elecciones, y quiero decirles que lo vamos a lograr. Esto es sólo una prorroga”.
Aseveró que el estado de Sao Paulo, donde Bolsonaro resultó victorioso por casi siete puntos porcentuales, será la región que decida la elección. “Tenemos una alianza muy fuerte ahí... Sao Paulo será, efectivamente, escenario de una confrontación nacional y estatal”, comentó Lula al señalar que su ex ministro de Educación Fernando Haddad alcanzó la segunda vuelta en su pelea por volver a gobernar la región más poblada del hemisferio sur.
“Nunca gané en primera vuelta, todas las contiendas que disputé fueron a segunda ronda; el balotaje es una oportunidad de madurar las propuestas y construir un abanico de alianzas para demostrar al pueblo quién va a gobernar este país”, reslató.
La polarizada elección determinará si el país devuelve a un izquierdista al timón de la cuarta democracia más grande del mundo o mantiene a un derechista en el cargo durante cuatro años más.
Varias encuestas daban a Lula ventaja de entre 10 y 15 puntos porcentuales sobre Bolsonaro, e incluso anticiparon que el ex líder metalúrgico podía ganar en primera ronda. El actual gobernante cuestionó los sondeos, que le anticiparon 36 por ciento de intención de voto, y alegó que no reflejaban el apoyo que vio en la campaña.
“Esta ajustada diferencia entre Lula y Bolsonaro no se preveía”, admitió Nara Pavão, profesora de ciencias políticas en la Universidad Federal de Pernambuco.
El presidente tuvo un buen desempeño en el sureste, que incluye los estados altamente poblados de Sao Paulo, Río de Janeiro y Minas Gerais, de acuerdo con Rafael Cortez, quien supervisa el análisis de riesgos políticos en Tendencias Consultoría. “Las encuestas no captaron ese crecimiento”, aseveró.
Jornal o Globo tuiteó: “Bolsonaro es el primer presidente de Brasil en pasar a la segunda vuelta con menos votos que su oponente”.
Lula se impuso en los nueve estados del noreste.
Observadores políticos habían dicho que un amplio margen de victoria para Lula podría restarle apoyo a Bolsonaro para impugnar los resultados electorales, pero la votación, que prolonga un clima tenso y violento otras cuatro semanas, revitaliza la campaña del actual mandatario.
Al votar en Sao Bernardo do Campo, Lula reconoció el dramático giro de su suerte tras sufrir un proceso que calificó de “político” y lo llevó a la cárcel por acusaciones no probadas; sus condenas fueron anuladas por el Tribunal Supremo Federal.
“Es un día importante para mí”, expresó. “Hace cuatro años no podía votar porque era víctima de una mentira. Hoy quiero ayudar a mi país a volver a la normalidad”.
Bolsonaro votó en Río, donde manifestó que esperaba ganar las elecciones en primera ronda, a pesar de su mal resultado en las encuestas.
Su popularidad se resintió desde la pandemia del covid-19, que él calificó de “pequeña gripe”. Los escándalos de corrupción también obligaron a ministros a abandonar su gobierno y pusieron en el punto de mira a sus hijos.
Sin embargo, la votación de ayer demuestra que su apoyo está lejos de derrumbarse. El bolsonarismo salió reforzado en las elecciones legislativas y de gobernadores, celebradas en paralelo. Por ejemplo, fue elegido diputado el ex ministro de Medio Ambiente Ricardo Salles, que tuvo que dejar el gobierno por sospechas de corrupción.
Bruna Santos, del Instituto Brasil del Wilson Center, un organismo de análisis en Washington, destacó que Bolsonaro “salió reforzado en el Congreso y el Senado. Sin mencionar que extendió su base en las gubernaturas”.
En el Senado, los candidatos afines al presidente obtuvieron 15 de los 27 escaños en disputa.
Los aspirantes apoyados por Bolsonaro cosecharon triunfos importantes en los estados. En Sao Paulo el ex ministro de Minas y Energía de Bolsonaro Tarcisio de Freitas dio la sorpresa y obtuvo 42 por ciento de votos, frente a 35.6 por ciento del candidato del PT, Fernando Haddad; los dos se medirán en la segunda vuelta del 30 de octubre.
En los otros dos estados más importantes, la derecha ganó en primera vuelta: en Río de Janeiro el bolsonarista Cláudio Castro se impuso al candidato de izquierda Marcelo Freixo por 58.2 frente a 27.6 por ciento de sufragios.
En Minas Gerais, la segunda entidad más poblada de Brasil, el conservador Romeu Zema se impuso al lulista Alexandre Kalil con 56.7 por ciento frente a 34.5.
En tanto, el presidente colombiano, Gustavo Petro, publicó en Twitter: “felicito a Lula por su victoria en primera vuelta. Felicito al pueblo brasileño por su enorme participación electoral”, y su homólogo argentino, Alberto Fernández, escribió en la misma red social: “felicito a mi querido Lula por su triunfo en primera vuelta y hago llegar mi sincero respeto al pueblo de Brasil por su profunda expresión democrática”.