Jackie Nava tenía el rostro un poco hinchado por los golpes, una ceja abultada, pero sonreía con esa alegría que exhibió por más de dos décadas como boxeadora profesional. Ayer fue la última vez que subió a un cuadrilátero como peleadora y lo hizo con una victoria por decisión unánime ante la argentina Gloria Yancaqueo en Tijuana, Baja California.
Jackie fue una pionera del boxeo de mujeres; una estilista y una guerrera que le brindó dignidad a una modalidad que nació contra la resistencia de un medio profundamente machista y hostil a la participación de ellas.
Dos décadas llegaron así al final. Con una demostración de vigor y orgullo, de plasticidad, porque fue su último combate como profesional y tenía que ser con dignidad.
Un último episodio que fue el resumen de la carrera de Nava. Un intercambio furioso, sin concesiones ni miedo, como hizo siempre esta mujer nacida en Tijuana, arquitecta y campeona del mundo en peso gallo y supergallo.