Washington. Las alteraciones en los flujos de cereales y fertilizantes por la guerra en Ucrania han provocado la peor crisis de seguridad alimentaria desde la que siguió al colapso financiero mundial de 2007-2008, y unos 345 millones de personas se enfrentan ahora a una escasez que pone en peligro su vida, dijo el Fondo Monetario Internacional (FMI).
En un nuevo estudio calcula que los 48 países más expuestos a la escasez de alimentos se enfrentan a un aumento combinado de sus facturas de importación de 9 mil millones de dólares en 2022 y 2023, debido al repentino aumento de los precios de los alimentos y los fertilizantes provocado por la invasión rusa a Ucrania. Esto erosionará las reservas de muchos países frágiles.
El fondo pidió un rápido aumento de la ayuda humanitaria a través del Programa Mundial de Alimentos y otras organizaciones, medidas fiscales para ayudar a los más pobres, eliminar las prohibiciones a la exportación de alimentos y otras medidas proteccionistas, que, según el Banco Mundial, suman hasta 9 por ciento del aumento del precio mundial del trigo.
El nuevo estudio y las recomendaciones se dieron a conocer a la par que el Directorio Ejecutivo del FMI aprobó un mayor acceso a la financiación de emergencia durante un año, a través de una nueva ventanilla de crisis alimentaria para los países más vulnerables.