Moscú. El presidente de Rusia, Vladimir Putin, sabedor de que el orden de los factores no altera el producto, decidió invertir la secuencia de los pasos que falta dar para formalizar la anexión de las cuatro regiones secesionistas de Ucrania y, para darle mayor relieve mediático a lo que el Kremlin denomina “acontecimiento histórico”, este viernes –sin pasar aún el trámite del Legislativo y la Corte Constitucional– tendrá lugar la firma de los respectivos tratados de adhesión a la Federación Rusa.
La ceremonia –de acuerdo con la información oficial– tendrá como escenario la sala de San Jorge del Gran Palacio del Kremlin, el mismo sitio en que Putin firmó los tratados de anexión de Crimea y la ciudad de Sebastopol en 2014, y asistirán como testigos todos los legisladores rusos, tanto de la Duma (Cámara baja) como del Consejo de la Federación (Cámara alta), que está citados a las 15:00, hora local, del viernes.
Una vez que el mandatario ruso estampe su firma en los respectivos tratados de adhesión con Denis Pushilin, de Donietsk; Leonid Pasechnik, de Lugansk; Vladimir Saldo, de Jersón; y Yevgueni Balitsky, de Zaporiyia, está previsto que Putin haga uso de la palabra y, más tarde, asista al multitudinario mitin-concierto (más concierto que mitin de acuerdo con el programa) de apoyo al ingreso a Rusia de estas nuevas entidades federales.
Desde temprana hora de este jueves, pudo verse el escenario que se estaba montando, a un costado de la Plaza Roja, junto a las murallas del Kremlin, con este lema resaltado con grandes letras al frente en la parte alta: “Donietsk, Lugansk, Jersón, Zaporiyia – Rusia” y, de lado, “Siempre juntos”.
Prácticamente todo el centro de Moscú, conforme avisó la alcaldía de la capital de Rusia, estará cerrado para el tráfico y se espera una presencia policial más numerosa de lo habitual.
Después de la solemne ceremonia de firma, quedarán ya sólo tres simples trámites para consumar la anexión de alrededor de 15 por ciento del territorio del vecino país eslavo o, si se prefiere, de cerca de 100 mil kilómetros cuadrados.
Los diputados se disponen a ratificar los documentos el lunes 3 de octubre, y los senadores lo harán el martes 5. Cuando la Corte Constitucional emita un dictamen que diga que los tratados de adhesión no se contradicen con la Carta Magna, Rusia tendrá cuatro nuevas entidades federales.
En una primera reacción de Kiev, el presidente Volodymir Zelensky convocó para este viernes una reunión de urgencia del Consejo de Defensa y Seguridad Nacional de Ucrania y adelantó, mediante un comunicado, que “nada cambian los seudo referendos y será restaurada la integridad territorial del país”.
¿Qué sigue?
Nadie lo sabe. Las únicas certezas son que el gobierno de Zelensky va a continuar intentando recuperar lo que considera territorio ucranio, aunque sea declarado parte de la Federación Rusa, y que la mayoría de los países del mundo, incluso los que se consideran cercanos a Moscú, no van a reconocer la anexión, aparte de que Estados Unidos y sus aliados seguirán proporcionando armamento moderno a Ucrania.
La guerra, coinciden muchos, va a continuar sin tregua y queda la incógnita de si Rusia podrá mantener los territorios –ocupados, para los ucranios; propios, para los rusos– con el impopular llamado a filas de los varones rusos, sin tener que cumplir su amenaza de usar las armas nucleares.
Uno de los más fervientes partidarios de la invasión a Ucrania, Igor Guirkin, conocido por su alias Streltsov, que hasta su caída en desgracia llegó a ser “ministro de Defensa de la república popular de Donietsk”, dijo este jueves que ahora, después de los referendos, “no hay otra opción que ganar la guerra”.
Y en el otro extremo, la analista liberal Tatiana Stanovaya sostuvo que la unidad de la élite rusa puede hacerse añicos ante estas preguntas: “¿Está dispuesta Rusia a pagar cualquier precio para derrotar a Ucrania?, ¿en qué momento Rusia está dispuesta a parar?, ¿existe algún precio que el Kremlin no quiera pagar por Ucrania?”. Y concluyó: “Al parecer, las respuestas de Putin y de la élite rusa ya no son iguales”.
Estados Unidos, actitud cínica
La vocera de la cancillería local, Maria Zajarova, en su briefing semanal, arremetió este jueves contra Estados Unidos por seguir proporcionando armamento a Ucrania con una ayuda financiera “que pronto va a alcanzar la astronómica cifra de 26 mil millones de dólares”.
Según la portavoz de la diplomacia rusa, “el régimen de (Volodymir) Zelensky y sus patrocinadores estadunidenses niegan a los habitantes del este y el sur de Ucrania su derecho a la libre determinación, no quieren aceptar la realidad e ignoran este principio del derecho internacional”.
Agrega: “Al contrario, ponen en entredicho con verdadero cinismo el procedimiento del plebiscito y sus resultados, los califican de insignificantes y dicen que nada tienen que ver con la democracia".
Al mismo tiempo –y al menos es una buena noticia en medio de la creciente tensión que marca la relación bilateral–, Zajarova confirmó que Moscú y Washington están negociando la posibilidad de reanudar el mecanismo de verificación del cumplimiento del Tratado START III de armas nucleares, suspendido de común acuerdo desde principios de 2020 debido a la pandemia del covid.
Estados Unidos informó que proporcionará asistencia militar adicional por 1.100 millones de dólares a Ucrania, incluyendo fondos para cerca de 18 sistemas HIMARS, mientras que las fuerzas ucranias en el este logran más avances y hay informes de que cercaron por completo la ciudad clave de Lyman. Vía Graphic News.