Berlín. La inflación alemana se situó en septiembre en su nivel más alto en más de un cuarto de siglo, impulsada por el alza de los precios de la energía, que ya no se vio amortiguada por las medidas populares de alivio, mostraron datos publicados este jueves.
Los precios al consumidor, armonizados para hacerlos comparables con los datos de inflación de otros países de la Unión Europea (IPCA), llegaron a 10.9 por ciento en el año, dijo la oficina federal de estadística. Un sondeo de Reuters entre analistas preveía una subida de 10 por ciento.
Se trata de la lectura más alta desde el comienzo de la emisión de datos comparables, que se remonta a 1996.
La tasa de inflación no armonizada de Alemania subió en septiembre a 10 por ciento, según la oficina, la más alta desde principios de los años 50.
El aumento se debió al incremento de los costos de la energía -que fueron 43.9 por ciento más altos en comparación con septiembre de 2021- después de que expiró a fines de agosto una oferta de pasajes de transporte baratos y una rebaja del impuesto sobre el combustible.
El aumento de los precios de la energía, estimulado por la disminución de los suministros de gas procedentes de Rusia, ha llevado las tasas de inflación a niveles no vistos en décadas, y la enorme pérdida de poder adquisitivo de los consumidores ha aumentado la probabilidad de que haya una recesión.
Citando el aumento de los precios del gas, cuatro de los principales institutos económicos alemanes redujeron casi a la mitad su previsión de crecimiento económico para la mayor economía de Europa este año y recortaron su proyección para 2023 a -0.4 por ciento desde 3.1.
Los consumidores alemanes han empezado a cambiar sus hábitos de compra debido al aumento del costo de la energía, según una encuesta publicada por la asociación comercial HDE este jueves. Un 46 por ciento afirma haber dejado de comprar ciertos productos como consecuencia de ello y 60 por ciento indicó que aprovecha cada vez más las ofertas a la hora de comprar alimentos.