Ciudad de México. Un país sin periodismo es una nación a oscuras, donde las personas no saben lo que pasa, por eso es una necesidad y hay que reinventarlo, sostuvo Blanche Petrich, reportera de asuntos especiales de La Jornada, durante un foro de reflexión en el contexto de la Beca Josetxo Zaldua Lasa, programa académico creado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en alianza con este diario.
En una mesa de reflexión titulada El nuevo periodismo… ¿hacia dónde?, que se realizó ayer en el auditorio Mario de la Cueva de la Torre II de Humanidades, en Ciudad Universitaria, se dieron cita colegas de quien fuera durante 25 años el jefe de edición de La Jornada, fallecido hace un año.
En recuerdo de la labor que realizó Zaldua se creó la beca por medio de la cual estudiantes destacados de las tres carreras de comunicación que ofrece la máxima casa de estudios podrán realizar estancias de práctica profesional en este periódico.
“Si el periodismo con el que nos formamos en el siglo XX está caduco, hay que reinventarlo; veo un empuje, excepciones importantes en las nuevas formas de periodismo, en plataformas alternativas. El periodismo siempre va a hacer falta en las sociedades modernas y en las del futuro”, reiteró Petrich al recordar a los colegas corresponsales Javier Valdez y Miroslava Breach, asesinados en Sinaloa y Chihuahua, “entidades donde hacen falta las notas diarias de ellos y de tantos reporteros acallados. Su ausencia va extendiendo las zonas de oscuridad, como en Tamaulipas, donde tantos tipos de violencia no se cuentan, no tienen lugar en la prensa, justamente porque no hay libertad de expresión si el riesgo es tan grande.
“Es muy angustiante la falta de profesionalismo en el oficio”, continuó Blanche, “ya lo vimos en las conferencias de prensa por la pandemia de Hugo López-Gatell o incluso en las conferencias mañaneras, donde algunos chavos no están buscando información, sino protagonismo. La falta de formación y oficio es patente y muy dramática. Por eso hay que abonar a las luces que fortalecen el buen periodismo”.
Por eso, coincidió Hugo Casanova Cardiel, director del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación de la UNAM, la Beca Josetxo Zaldua Lasa tiene el propósito de formar “buenos sujetos sociales, profesionales del periodismo, impulsada por dos instituciones de gran relevancia, no sólo para la educación y el periodismo, sino para el país, porque están muy volcadas a la sociedad, una a través de la educación superior y otra por la información”.
En su turno, la periodista Elena Gallegos señaló que ante la irrupción de las nuevas formas de compartir información, sobre todo por las redes sociales, los periodistas tienen la obligación de investigar, contrastar e interpretar antes de difundir. “Hay reglas que deben seguirse a pie juntillas. La mejor noticia, dijo alguna vez Gabriel García Márquez, no es la que se da primero, sino la que se arma mejor. La pregunta es si, frente a la inmediatez informativa, ¿este sigue siendo un principio inamovible?
“La disputa por las audiencias es también uno de los retos centrales: ¿hasta dónde el periodista y el medio deben privilegiar los temas que representan más visitas, más comentarios, más seguidores? ¿Debe ser ese el criterio que prevalezca en la evaluación de las informaciones que se publican? ¿Se vale ser más laxos en el cumplimiento de las reglas para no quedar fuera del top de las compañías tecnológicas que miden las audiencias con fines de marketing?”
Algunos comentadores de noticias, continuó, “al emitir contenidos informativos no asumen una responsabilidad social ni una posición ética, que tiene que ver con el compromiso, la verdad, el rigor en los datos que se divulgan, la búsqueda de imparcialidad, el respeto al derecho a la privacidad y un largo etcétera que constituyen los principios que deberían regir la tarea periodística”.
Aldo Anfossi, corresponsal en Chile de La Jornada, apuntó que más allá de cualquier consideración acerca de qué es el nuevo periodismo hoy, “es pertinente dejar establecido que el principal mérito de un periodista o reportero radica en ceñirse estrictamente a la verdad de la narración de los hechos, en ser leal a sus fuentes, en saber contrastarlas y siempre, siempre, verificar los hechos, particularmente cuando no se es testigo de los mismos”.
En este sentido, Luis Hernández Navarro, coordinador de Opinión de este diario, recalcó que Zaldua fue un enamorado del periodismo. “Un huracán sin filtros al hablar”, de los que siempre se encuentran abajo, paleando la tierra para que se esclarezcan los hechos, “pero al mismo tiempo supo ubicarse muy bien en el mundo de las fuerzas en las que un periódico tiene que estar para ver exactamente cuánta tierra y qué clase de tierra tiene que salir”.