Nueva York. El entonces presidente Donald Trump contempló bombardear laboratorios de drogas ilícitas en México, acción que comentó repetidamente llegando hasta preguntar a su secretario de Defensa si Estados Unidos si podía realizar este tipo de operativo.
Según cuenta la reportera Maggie Haberman, quien cubrió la Casa Blanca de Trump para el New York Times en su nuevo libro Confidence Man, la idea de bombardear objetivos en México fue provocada por su secretario asistente de Salud, Brett Giroir, en una visita a la Oficina Oval donde argumentaba que se requería de medidas efectivas para frenar el flujo de drogas por la frontera.
Trump aparentemente se confundía sobre qué puesto ocupaba el funcionario ya que se vestía uniforme formal militar cuando visitaba al mandatario, reporta Haberman en su libro que está programado para salir a la venta el próximo martes y del cual el Washington Post obtuvo una copia y reportó sobre éste y otros incidentes, incluyendo el comportamiento errático de Trump en sus reuniones con líderes internacionales, legisladores, empresarios, y su propio equipo de asesores entre ellos su hija Ivanka y su yerno Jared Kushner (a quienes deseaba expulsar de la Casa Blanca en varias ocasiones).
Sobre el tema de bombardear México, Trump “lo abordó varias veces, eventualmente preguntándole a un pasmado secretario de Defensa Mark Esper sobre su Estados Unidos podía de hecho bombardear los laboratorios”, según el libro.
Por cierto, no es la primera vez que se reporta de que Trump consideró bombardear a objetivos en México. En mayo se informó que el propio ex secretario Esper escribió de esto en su libro de memorias, A Sacred Oath. Según Esper, en 2020 Trump le preguntó sobre la posibilidad de lanzar misiles a México para “destruir los laboratorios de drogas” y destruir los cárteles y sugiriendo que esas acciones militares estadunidenses podrían ser mantenidas en secreto -“nadie sabría que fuimos nosotros”, le dijo el presidente. Esper dice que el presidente le comentó que los mexicanos “no tienen control de su propio país”. [https://www.jornada.com.mx/2022/05/06/mundo/022n1mun].
En el libro de Haberman relata -basado en parte en tres amplias entrevistas con Trump, más decenas de entrevistas con otras figuras de la órbita del ex mandatario- varios episodios en sus relaciones con otros líderes, incluyendo su desprecio por casi todos, desde Angela Merkel a su contraparte británica, como también su mal manejo de la pandemia, su obsesión con su perfil público, y su aparente ignorancia y falta de interés en cómo funciona el gobierno, entre ellos su descuido con material de inteligencia clasificado.
También describe su constante provocación de conflicto entre sus propios asesores y hasta familiares.
De acuerdo con la autora, Trump se volvió cada vez más errático después de sus procesos de impeachment, y tras su derrota electoral se obsesionó con teorías de conspiración y cómo anular la elección para mantenerse en la Casa Blanca, que incluyó la contratación de abogados y asesores externos que alarmaron a su equipo de la Casa Blanca por estar dispuestos a promover esfuerzos extremos y “delirantes”.
A la vez, también profundiza sobre los inicios de su carrera política cuando era empresario en Nueva York, incluyendo su relación con un mentor, el abogado Roy Cohn quien fue mano derecha del legislador Joe McCarthy que impulsó la persecución política de izquierdistas en los cincuenta (y de donde se tiene el termino “macartismo”).