Washington. Más de 20 meses después del asalto al Capitolio de Estados Unidos, este martes inicia el esperado juicio en Washington en el que miembros del grupo de extrema derecha Oath Keepers, entre ellos su fundador, Stewart Rhodes, tendrán que responder por "sedición".
Conocido por su parche ocular y sus discursos incendiarios, este exmilitar comparecerá junto a otros cuatro acusados durante un juicio de cinco semanas en un tribunal federal a pocos kilómetros de la sede del Congreso.
El 6 de enero de 2021, los cinco asaltaron el templo de la democracia estadunidense junto otros mil partidarios de Donald Trump, en momentos en que los congresistas certificaban la victoria del demócrata Joe Biden en las elecciones presidenciales.
Desde esta asonada, más de 870 personas fueron arrestadas y un centenar ya recibieron penas de prisión, en especial los que atacaron de forma violenta a policías, pero hasta ahora nadie había tenido que enfrentar el cargo de "sedición".
Esta acusación, que emana de una ley adoptada después de la guerra civil estadunidense para reprimir a los últimos rebeldes del sur, "puede ser difícil de probar", explica Barbara McQuade, una ex fiscal federal y actual profesora de derecho de la Universidad de Michigan.
Castigado con 20 años de prisión, este cargo implica haber planificado el uso de la fuerza para derrocar al gobierno o para oponerse a alguna de sus leyes. Se diferencia de la insurrección, que tiene un carácter más espontáneo.
"También hay una connotación de deslealtad hacia el país, no solamente contra ciertos actores gubernamentales", destaca McQuade. Para ella, sin embargo, "el móvil es claro en este caso, en el que el ataque se dirigía claramente contra los legisladores del Congreso".