Colectivos feministas y madres de víctimas de feminicidio y desaparición realizaron una ceremonia e instalaron una ofrenda por la memoria de las que ya no están, en la antigua Glorieta de Colón, a la cual hace un año renombraron de las mujeres que luchan, en Paseo de la Reforma. Además, inauguraron el jardín memorial No estamos todas, donde colocaron una cruz rosa para resignificar este espacio.
Durante el acto gritaron consignas y pasaron lista de algunas mujeres asesinadas, entre ellas quienes murieron sin saber el paradero de sus hijas o familiares: “¡ahora, ahora, se hace indispensable, presentación con vida y castigo a los culpables! ¿Por qué los buscamos? ¡Porque los amamos! ¿Dónde están, dónde están, nuestros hijos, hijas, hermanas, hermanos, dónde están?”. Corearon mientras colocaban los retratos de víctimas de feminicidio encima de pétalos de rosa y encendían velas y un cirio.
Asimismo, para conmemorar el primer aniversario de haber instalado una figura de metal morada de una mujer con el puño en alto, para exigir a las autoridades que el nombre de esta glorieta sea de las mujeres que luchan, restauraron la pintura de las vallas metálicas con las que se cercó el pedestal e instalaron carteles con el nombre de varias víctimas de asesinatos. También hubo algunos actos culturales, entre ellos un performance de Las Capuchas Rosas.
Yadira González, del colectivo Unidas Siempre Buscando, no pierde la esperanza de localizar a su hermano Juan González, desaparecido en Querétaro en 2006. Señaló que a un año de la toma de dicha explanada no han notado cambios o avances de autoridades para que reconozcan sus demandas. “La exigencia sigue siendo la misma del primer día que tomamos la glorieta de las mujeres que luchan. Este lugar no nada más tiene que ver con el tema del feminicidio y desaparición, sino son las diversas luchas que tiene una mujer en este país, es decir, las madres indígenas, la lucha por la defensa de la tierra, el agua, hay muchas otras luchas que están representadas en esta glorieta”.
No obstante, dijo que se visibiliza más el tema del feminicidio y desaparición porque continúa el asesinato de mujeres. “No somos las únicas que luchamos por este espacio de resistencia y de memoria. Hay muchos colectivos. La glorieta resiste, se protege y se queda con este nombre. Tratamos de dialogar con las autoridades del Gobierno de la Ciudad de México, pero no han aceptado nuestras condiciones. Que venga Claudia Sheinbaum, para que conozca la glorieta y que sepa de lo que se trata y platique con nosotras”.
María Herrero Magdaleno es madre de cuatro jóvenes desaparecidos en las regiones de Guerrero y Michoacán, donde trabajaban en la compra y venta de oro. “Hace un año tomamos este lugar como un espacio de memoria para dar a conocer a la sociedad la situación que estamos viviendo en México”.
Expresó que como padres de familia quisieran tomar todos los espacios para llamar la atención tanto de la gente como de autoridades, a fin de visibilizar su dolor y esta situación “tan cruel” que viven.