Moscú. Ucrania y Rusia intercambiaron ayer acusaciones de ataques a civiles. El ejército ucranio aseguró que las fuerzas rusas lanzaron docenas de misiles aéreos contra objetivos militares y civiles en las últimas 24 horas, mientras el mando ruso acusó que sus rivales castigaron de nuevo a Jersón y las inmediaciones de la planta nuclear de Zaporiyia, y aseguró haber derribado 30 cazas ucranios.
En Odesa, fuerzas rusas atacaron el edificio administrativo de la ciudad con drones “kamikazes enemigos”, indicó el ayuntamiento en un comunicado. Las agencias de noticias estatales aseveraron que el bombardeo fue perpetrado con drones provenientes de Irán.
La agencia estatal de noticias RIA informó que las fuerzas ucranias tomaron como blanco un hotel en la ciudad de Jersón, con saldo de dos fallecidos, entre ellos el ex diputado prorruso Oleksi Juravko. Las tropas de Moscú ocuparon esa ciudad del sur desde los primeros días de la invasión, el 24 de febrero.
La autoridades prorrusas manifestaron que el ataque se llevó a cabo con un sistema de cohetes de lanzamiento múltiple (Himars) en una zona en la que no hay presencia militar.
Jersón está ubicada en una zona en la que las fuerzas de Kiev llevan varias semanas lanzando una contraofensiva a gran escala.
El ministerio ruso de Defensa afirmó que las fuerzas ucranias continuaron la presión en torno a la planta nuclear de Zaporiyia, la cual tiene bajo control desde marzo pasado.
Agregó que “aviones de combate de las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia derribaron cerca de las localidades de Novoukrainka y Bashtanka, en la provincia de Nikoláev, dos aviones MiG-29 de la Fuerza Aérea de Ucrania que habían sido modificados para el uso de misiles antirradares estadunidenses Harm”.
En las últimas 24 horas, más de 110 militares de Ucrania murieron o resultaron heridos. Además, fueron destruidos hasta 30 cazas y cinco unidades del equipo militar ucranio, añadió.
Ninguno de los partes de guerra dado por los bandos beligerantes pudo ser confirmado por fuentes independientes o las agencias de prensa occidentales.
Las hostilidades persistieron en momentos en que las autoridades prorrusas de cuatro zonas controladas por Moscú en Ucrania, incluida la región de Jersón, organizan desde el viernes “referendos” para ratificar una anexión de estos territorios por Rusia.
Según el Institute for the Study of War las fuerzas ucranias seguían ganando terreno en su contraofensiva, iniciada a finales de agosto.
Los reveses militares desencadenaron la nueva campaña del presidente de Rusia, Vladimir Putin, para reclutar a unos 300 mil reservistas, lo que provocó protestas en las que han sido detenidas más de 2 mil personas, según el grupo OVD-Info.
Al cierre de esta edición se informó que al menos 100 personas fueron arrestadas en una movilización en la región meridional rusa de Daguestán.
Reuters informó que el rechazo al reclutamiento de reservistas se extendió incluso a los medios pro Kremlin, y un editor del canal de noticias RT dijo que problemas como el envío de documentos a convocatoria a los hombres equivocados estaba “enfureciendo” a la gente, de acuerdo con el diario The Guardian.
Esto llevó a que las autoridades rusas prometieran ayer corregir los “errores” después de que ancianos, enfermos y estudiantes fueron incluidos en la intensa campaña de reclutamiento.
El presidente ucranio, Volodymir Zelensky, anunció ayer que se descubrieron dos fosas más en Iziu.