Con un récord de asistencia de 280 mil personas, ayer se presentó el Grupo Firme en el Zócalo de la Ciudad de México, donde ocurrió un portazo, grescas entre fanáticos y policías, y donde algunas personas tuvieron que ser sacadas por riesgo de asfixia y desmayo.
Desde el sábado, muchos seguidores del grupo se formaron para ingresar al concierto por las avenidas 20 de Noviembre y Pino Suárez.
Un total de 2 mil 810 elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) fueron desplegados para resguardar la integridad de los asistentes. No obstante, cerca de las 11 de la mañana cientos de personas rompieron el cerco de seguridad instalado en las calles aledañas al Zócalo y corrieron a toda velocidad por la plancha hacia el escenario.
A las 14 horas se abrieron los accesos a la plancha; el personal de la SSC asignado a los filtros de seguridad revisó mochilas, bolsas y hasta pañaleras para evitar el ingreso de armas, pirotecnia y bebidas alcohólicas.
Algunos trataron de sorprenderlos introduciendo cervezas o botellas de tequila, mismas que detectaron en las revisiones y las colocaron en cajas de cartón; sin embargo, hubo quienes sí lograron su objetivo.
Poco antes del inicio del concierto –que comenzó poco después de las 20 horas– una mujer y cuatro niños fueron sacados por policías, ante el riesgo de sufrir asfixia por los empujones que se registraron cerca del escenario; paramédicos trasladaron a un hospital a una persona al sufrir un infarto, y otros uniformados impidieron el acceso a la plancha, lo que provocó la molestia de quienes iban llegando.
Ante la multitud, los integrantes de la banda llamaron a los asistentes a no empujarse. Incluso, en pleno concierto el líder de la banda, Eduin Caz, pidió apoyo para trasladar a una persona que se había desmayado. En total, 215 personas fueron atendidas por paramédicos del Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas (ERUM).
En tanto, entre las calles República de El Salvador y 5 de Febrero se registraron empujones entre elementos de la policía y asistentes al Zócalo.