Nueva York. El jefe de la diplomacia estadunidense, Antony Blinken, señaló ayer a su par de China, Wang Yi, la necesidad de preservar “la paz y la estabilidad” en el estrecho de Taiwán. Blinken precisó que ambos aspectos son “esenciales para mantener allí la seguridad y la prosperidad regionales y globales”, informó el vocero del Departamento de Estado, Ned Price, al final de su reunión de 90 minutos que tuvo lugar al margen de la 77 Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Enfocados en las tensiones en Taiwán, Blinken expresó a Wang las posibles consecuencias de un apoyo de Pekín a “la invasión rusa de un país soberano”, detalló Price.
“El secretario dejó muy claro que, de acuerdo con nuestra política de larga data de una sola China, que de nuevo no ha cambiado, el mantenimiento de la paz y la estabilidad a través del estrecho es de absoluta y vital importancia.”
Blinken discutió la necesidad de mantener abierta la comunicación y administrar de manera responsable la relación entre Estados Unidos y China, “especialmente en tiempos de tensión”.
Wang también se reunió durante esta jornada con su par ucranio, Dmitro Kouleba, y le aseguró que Pekín llamó a respetar “la integridad territorial de todos los países” y le transmitió un mensaje de “respeto por la soberanía e integridad territorial” de Ucrania.
Este fue el primer encuentro entre los jefes de la diplomacia de ambas potencias desde julio, cuando en Bali, Indonesia, se mostraron dispuestos a reanudar el diálogo bilateral. Las tensiones aumentaron tras la visita en agosto de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, a Taipéi, y luego de la promesa explícita del presidente estadunidense, Joe Biden, de defender la isla reclamada por China.
En una entrevista reciente, Biden comentó estar listo para intervenir militarmente si China atacaba Taiwán. En respuesta, las autoridades chinas indicaron que enviaba una señal equivocada a los que buscan un Taiwán independiente.
El ministro chino declaró antier que se había reunido en Nueva York con el emisario estadunidense para el clima, el ex secretario de Estado John Kerry, a pesar de que Pekín suspendió la cooperación en la materia con Washington en represalia por la visita de Pelosi a Taiwán.