Londres. El gobierno británico anunció una histórica reducción de impuestos, ayuda para el pago de los recibos de luz e incremento de la deuda como parte de un paquete de medidas para enfrentar el alza de los precios de los energéticos e impulsar el crecimiento.
Dentro del paquete presentado por el nuevo ministro de Finanzas británico, Kwasi Kwarteng, al Parlamento se incluye el congelamiento de las facturas de energía durante dos años, con un ahorro de mil libras al año para los hogares. En el caso de las empresas, el gobierno financiará casi la mitad de las facturas durante seis meses.
También se anunció la eliminación de la tasa máxima del impuesto sobre la renta (ISR) y se cancelaron los planes para subir los gravámenes a las empresas.
El gobierno de la primera ministra Liz Truss plantea un incremento de la deuda para el presente ejercicio de 72 mil 400 millones de libras (81 mil millones de dólares).
Las ayudas a la factura energética de los hogares costarán 60 mil millones de libras en los próximos seis meses y los recortes fiscales otros 45 mil millones de libras hasta 2026-2027, explicó Kwarteng.
Receta para el desastre
Analistas consideraron que el plan puede tener efectos graves para las finanzas públicas de un Reino Unido al borde de la recesión. El Instituto de Estudios Fiscales dijo que los recortes fiscales eran los mayores desde el presupuesto de 1972, que se recuerda como un desastre por su efecto inflacionario.
Pero Kwarteng sostuvo que “durante la peor crisis energética en generaciones, este gobierno está al lado de la gente”.
El plan presentado en Londres es el más reciente de una serie de medidas tomadas por otros gobiernos europeos, que enfrentan altos índices de inflación debido a la disparada a niveles históricos del precios del gas y la electricidad, a raíz de la guerra en Ucrania y las limitaciones en el abastecimiento de hidrocarburos procedentes de Rusia.
A finales de marzo, el gobierno de España presentó un plan de ayuda para abaratar el precio de la electricidad y los combustibles; el cual consideró un gasto público de 16 mil millones de euros, de los cuales 6 mil para ayudas directas y 10 mil en la reducción de la carga impositiva para empresas.
A principios de este mes el canciller de Alemania, Olaf Scholz, anunció un tercer paquete de ayuda por 65 mil millones de euros para apoyar a los ciudadanos con los altos costos de la vida debido a la crisis.