El PRI en la Cámara de Diputados anunció una propuesta para considerar a la leche como alimento y no como bebida, con objeto de lograr una política de subsidios y mejores precios a los productores.
Para llamar la atención de las pérdidas de pequeños ganaderos ante el repunte de importación de leche en polvo, la diputada Refugio Camarena introdujo una vaca a la cámara y la ordeñó en las escalinatas del frontispicio. “Se llama Lola. No me dejaron meterla al pleno, pero aquí sí se pudo”, expresó.
Además, en conferencia de prensa resaltó que actualmente la Ley General de Salud define a la leche como bebida y su iniciativa busca “que, al considerarse como un alimento, se detone su producción y consumo, lo que beneficiará con mayor presupuesto y políticas públicas al sector lechero, ya que actualmente no se tienen apoyos suficientes ni subsidios para el desarrollo pleno de esta actividad”.
La reforma fortalecerá directamente el derecho a la alimentación nutritiva suficiente y de calidad, así como a toda la cadena de producción lechera y el presupuesto para el sector lácteo, que es estratégico para la ganadería nacional, indicó.
También resaltó que actualmente los pequeños productores padecen bajos precios en la leche fluida, pues mientras el precio de garantía es de 10 pesos por litro, sólo se les paga de ocho a nueve pesos. Refirió que, además, la inflación repercutió en un aumento de 13 por ciento en los precios al consumidor, “esto es el incremento más alto desde diciembre de 1999”.
Adicionalmente, se ha reducido desde 2020 el presupuesto para el Programa de Abasto Social de Leche, a cargo de Liconsa, lo cual derivó en una caída del padrón de productores, de 13 mil a 4 mil en los dos años recientes.
El impacto más severo, expuso, es el crecimiento de importaciones de leche, pues el gobierno federal adquirió 20 mil toneladas en polvo a Estados Unidos y está previsto que a finales de 2022 compre un total de 50 mil, “y prefiere pagar 13 pesos por litro de esa leche, en lugar de pagárselos a los productores nacionales”.