Miami. Los directores ejecutivos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) aprobaron el jueves por unanimidad despedir de la presidencia del organismo a un ex funcionario del gobierno del ex presidente estadunidense Donald Trump, dijo una persona al tanto de la votación.
La medida se tomó luego de que una pesquisa efectuada a solicitud de la junta directiva del banco determinó que Mauricio Claver-Carone infringió las normas de ética al favorecer a una colaboradora de alto rango con la que sostenía una relación amorosa, según un informe obtenido por The Associated Press.
Los 14 directores ejecutivos del banco aprobaron la recomendación para destituir a Claver-Carone durante una reunión a puerta cerrada, según la persona, que insistió en guardar el anonimato. La decisión final de despedirlo recae ahora en los funcionarios de finanzas que ocupan un asiento en la Asamblea de Gobernadores, los cuales representan a las 48 naciones que integran esta institución con sede en Washington.
Entre los que han impulsado la destitución de Claver-Carone figura el gobierno del presidente de Estados Unidos, Joe Biden. “Que él haya creado un ambiente de temor a las represalias entre el personal y los países prestatarios hizo perder la confianza del personal del banco y de los accionistas, y hace necesario un cambio en el liderazgo”, dijo un portavoz del Departamento del Tesoro.
Claver-Carone se mantuvo desafiante después de la votación. “Es vergonzoso que Estados Unidos hiciera declaraciones a la prensa antes de avisarme y que no esté defendiendo a dos estadunidenses frente a lo que evidentemente es información inventada”, agregó en un comunicado.
La AP obtuvo el informe de la pesquisa realizada por un despacho jurídico. Los investigadores dijeron que es razonable concluir que él tenía una relación con su jefa de personal desde al menos 2019, cuando ambos ocupaban altos cargos en el Consejo de Seguridad Nacional durante el gobierno de Trump.
En octubre de 2020 Claver-Carone se convirtió en el primer funcionario no latinoamericano en llegar a la presidencia del BID, pese a la polémica por la ruptura de una tradición de 60 años de una dirigencia latinoamericana al frente del banco regional.