Nueva York. El presidente Joe Biden convocó al mundo a defender la Carta de la Organización de Naciones Unidas y el orden internacional amenazado por la guerra de Rusia, en su discurso ante la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas, pero otros líderes mundiales llamaron por un nuevo orden internacional sin guerras y con mayor justicia económica, social y ambiental.
“Rusia ha violado de manera descarada los principios básicos de la Carta de Naciones Unidas… Si los estados pueden promover sus ambiciones imperiales sin consecuencias, entonces ponemos en riesgo todo lo que esta institución representa”, declaró el mandatario estadunidense ante representantes de los 193 países miembros de la ONU, incluidos Irak y Afganistán, que fueron invadidos por Estados Unidos en contra del dictamen de esta misma organización mundial hace 20 años.
Su mensaje centrado en denunciar las guerras de agresión e intervención y presentar a Estados Unidos como fuerza antimperialista –que “siempre promoverá los derechos humanos y los valores de la Carta de la ONU en nuestro propio país y el mundo”– seguramente dejó sorprendidos a representantes de demasiados países que tienen experiencias directas con las agresiones e intervenciones de Estados Unidos.
Para Biden, el tema prioritario para la “comunidad internacional” hoy día es Rusia, aunque tampoco faltaron críticas a otra superpotencia: China. Sin embargo, aseguró que “no buscamos una guerra fría. No le pedimos a ninguna nación que escoja entre Estados Unidos y cualquier otro socio”.
Pero Biden habló sobre los peligros de una guerra caliente contra Rusia, comentando que Vladimir Putin acababa de “hacer amenazas nucleares abiertas contra Europa” y señalando que está movilizando a más soldados.
Subrayó: “una guerra nuclear no puede ser ganada y nunca debería ser combatida”, y responsabilizó a Rusia de no respetar los “ideales” de la no proliferación. A la vez, acusó que China está aumentando su arsenal nuclear, que Corea del Norte continúa con sus programas atómicos, y reiteró que Irán no está cumpliendo con sus obligaciones y “no permitiremos que adquiera una arma nuclear”.
Sin embargo, evitó mencionar que fue Estados Unidos el que anuló el acuerdo con Teherán, por lo cual ahora es necesaria una nueva negociación.
Biden presentó a su país como guardián de un orden internacional que está bajo amenaza por fuerzas antidemocráticas, advirtiendo que “la base de la Carta de la ONU de un orden estable, justo y basado en reglas está bajo ataque por aquellos que desean desmantelarlo o distorsionarlo para su ventaja política”.
Al abordar temas como el cambio climático, elogió que su gobierno está proponiendo invertir 11 mil millones de dólares, pero no reconoció que su país es responsable por la mitad del dióxido de carbono que contamina al planeta, ni que Estados Unidos es el único país firmante del Acuerdo de París sobre el cambio climático que abandonó ese consenso por unos años.
Biden también anunció nuevos fondos para promover la seguridad alimentaria –aunque también usó este tema para acusar a Rusia por el empeoramiento de esta crisis– y para impulsar nuevos programas de apoyo a proyectos de salud y defensa de derechos humanos.
Volodymir Zelensky, presidente de Ucrania, refrendó el mensaje de Biden al calificar la invasión de Rusia de atentado contra los principios de la comunidad internacional. “Cuando un país intenta robarse el territorio de otro Estado, pone bajo ataque a todo el mundo... Cometió un crimen contra las vidas de nuestro pueblo, contra los valores que nos hacen a ustedes y a mí una comunidad de Naciones Unidas”, declaró en un mensaje pregrabado transmitido en la gran sala de la Asamblea General (el único orador al que se ofreció una excepción a la regla de que cada gobierno necesita presentarse físicamente para ofrecer sus discursos).
Llamando por el “castigo justo” a Rusia, pidió que la comunidad internacional adopte un plan de cinco puntos para lograr la paz, incluido sancionar a Rusia por delitos de agresión, protección de vida, restauración de seguridad e integridad territorial, garantías de seguridad y el derecho de continuar la defensa de su país.
Solicitó apoyo militar adicional para “esta guerra por la vida”, y denunció a quienes proclaman la “neutralidad”. Acusó que el único que está feliz con esta guerra es Putin. Recibió una ovación de pie de los congregados en la Asamblea General.
Sin embargo, diversos países del sur global expresaron en estos dos primeros días de la semana de discursos ante la Asamblea General que, aunque casi todos condenan la guerra de Rusia, no necesariamente comparten la opinión de Biden, Zelensky y la comunidad europea de que este conflicto es el principal tema planetario ni que el actual orden internacional merece ser defendido.
Varios subrayan las desigualdades en el llamado orden internacional en torno a las consecuencias del cambio climático, la concentración de riqueza, el acceso a alimentos y vacunas y otros conflictos que vive el mundo.
La pandemia evidenció injusticias: canciller cubano
Cuba, a través de su canciller Bruno Rodriguez, resaltó que la pandemia puso al descubierto “la verdadera esencia del injusto e insostenible orden internacional prevaleciente”, afirmando que a pesar de la gran riqueza material e intelectual disponible para atender las necesidades de salud, alimento y desarrollo, “nunca antes el mundo fue tan desigual”.
Destacó que las prioridades incluyen el rechazo de políticas que violan los principios de la ONU, incluyendo la imposición de bloqueos ilegales como el que ha padecido su país y que calificó de “acto de guerra en tiempo de paz”. Insistió en que para abordar los desafíos internacionales se debe respetar el derecho a la autodeterminación y promover la cooperación multilateral como la que se está impulsando entre América Latina y el Caribe.
La canciller de Sudáfrica, Naledi Pandor, dejó claro que para su país, el tema esencial son “las necesidades de los marginados y los olvidados”, y que los principales desafíos globales son “la pobreza, la desigualdad, el desempleo y la sensación de la exclusión”.
Insistió en que “la solidaridad humana” es requerida para enfrentar los desafíos de la inseguridad alimentaria y energética, el cambio climático, acceso a salud y vacunas revelado por la pandemia, educación, y la devastación causada por conflictos, incluida la amenaza existencial de las armas nucleares”.
En torno a las guerras, Pandor declaró: “debemos tratar todos los conflictos a través del mundo con la misma indignación, sin importar el color o creencia de los afectados”. En este contexto, llamó por la resolución del conflicto sobre Palestina, condenando el sistema de apartheid que ha impuesto Israel y el fin del embargo contra Cuba, entre otras cuestiones. (https://gadebate.un.org/sites/default/files/gastatements/77/za_en.pdf).