Morelia, Mich. “¡Ya vieron cómo se partió la arena con el temblor!”, dijo un pescador cuando observó las cuarteaduras y ondulaciones en la playa de Mezcala, ubicada a unos kilómetros de San Telmo, municipio de Coahuayana.
Fue minutos después del sismo del pasado 19 de septiembre cuando el pescador se acercó a la orilla de la playa, luego de concluir la pesca, y observó un fenómeno muy peculiar. La arena lucía ondulaciones parecidas a cuarteaduras, en su extensión, provocadas por el movimiento telúrico.
Los especialistas lo llaman licuefacción, y que se presentan en terrenos que no están bien compactados, por lo que ante la presión surgen como una especie de zurcos en la arena, sobre todo cuando se encuentran cerca del epicentro de un sismo, como ocurrió el lunes 19 de septiembre pasado.
Las grietas se formaron en la desembocadura del río Cachán, donde brotó agua caliente durante varios minutos como si fuera géiser.
Según especialistas en sismología, el epicentro del movimiento de 7.7 fue a cuatro kilómetros mar adentro, entre las comunidades nahuas de Maruata y El Cachán.