Berlín. El Estado alemán decidió nacionalizar al gigante energético Uniper, asfixiado por los cortes de suministro de gas ruso, anunciaron este miércoles el gobierno y el propietario finlandés de la empresa, el grupo público Fortum.
“Uniper es un pilar central del suministro energético alemán. El gobierno se hará cargo de alrededor de 99 por ciento de Uniper”, dijo el ministerio alemán de Economía en un comunicado.
Esa intervención es necesaria para “garantizar nuestro suministro de gas y para proteger a los consumidores de una situación incontrolable”, señaló el ministro de Finanzas, Christian Lindner.
Uniper da servicio a alrededor de 40 por ciento de los clientes de gas en Alemania, y antes de la guerra obtenía aproximadamente la mitad de su suministro de Rusia.
El acuerdo sustituye un plan de ayuda inicial anunciado en julio, bajo el cual Berlín habría tomado una participación de 30 por ciento del grupo, primer importador de gas de Alemania. Berlín comprará todas las acciones de Fortum por un total de 500 millones de euros y también realizará un aumento de capital de la empresa por 8 mil millones de euros, indicó el gobierno. El plan aún requiere el visto bueno de la Comisión Europea.
Dejar que la compañía quebrara hubiera provocado una reacción en cadena que pondría a “muchos otros proveedores de energía en una situación muy difícil”, pues se habrían visto afectados por un aumento de los precios, declaró el presidente de Uniper, Klaus-Dieter Maubach.
Otra víctima del cierre del gasoducto Nord Stream 1
La compañía empezó a acumular pérdidas conforme Rusia reducía los suministros de gas natural a países europeos que apoyan a Ucrania. La situación se agravó cuando Gazprom cerró temporalmente su gasoducto Nord Stream 1, principal proveedor de gas ruso en Alemania, a inicios de septiembre.
Para cumplir sus contratos, ahora deberá obtener el gas en el mercado al contado, donde los precios se han disparado.
Las pérdidas sufridas ascienden a “8 mil 500 millones de euros”, indicó Fortum.
En varios países europeos, incluido Alemania, se han disparado los precios del combustible necesario para calentar hogares, generar electricidad y mantener las fábricas en marcha, lo que provocó temores de cierres de negocios, racionamiento y una recesión en la mayor economía europea, mientras se acerca el invierno.
Berlín había advertido en meses recientes del “efecto Lehman Brothers” que una quiebra de Uniper tendría en los mercados energéticos. Dada la importancia de Uniper, su colapso provocaría escasez de energía para sus miles de clientes.
El gobierno alemán también entró en septiembre en conversaciones con otro proveedor de gas, VNG, sobre un posible paquete de auxilio. Alemania resultó especialmente expuesta en esta situación dada su elevada dependencia de las importaciones energéticas de Moscú.