Registrar el “descenso al olvido” y “despedirse” con una película fue la decisión de Lena Daerna, luego de haber sido diagnosticada con Alzheimer.
La cinta Observar las aves, de Andrea Martínez Crowther, es “una oda a la vida, a dos voces” que se estrena hoy en siete salas de la Ciudad de México, así como en Monterrey, Guadalajara y el estado de México.
La película retrata la vida de una escritora, quien dice que se volverá cineasta y filmará un audiovisual donde describirá su historia y su esencia antes de olvidarse de sí misma. Busca la ayuda de una documentalista para que la ayude a terminar la obra cuando ella ya no pueda recordar nada.
Al comienzo del largometraje, Lena Daerna, interpretada por Bea Aaronson, afirma: “No soy cineasta, pero he decidido grabar esta película. Dicen que a todos los viejos se nos da por querer hacer una cinta o un libro; yo ya tengo un libro y hasta hace poco nunca tuve el interés de hacer una película”; lo pensó hasta que fue diagnosticada con Alzheimer, hace seis meses.
En su tercer largometraje, Martínez Crowther juega entre la ficción y el documental, donde participan no actores con la finalidad de dar veracidad a una experiencia muy personal, pues vivió, presenció y sufrió junto con su mamá, quien tenía este padecimiento.
Fotogramas de la película
En entrevista, la realizadora contó: “Es una historia íntima que atrapa la mirada del espectador al conectar con la protagonista, una académica que vive sola en su casa alejada de la ciudad y de sus hijos, quienes ante la impotencia por no poder ayudar a su madre deben resignarse frente a su pérdida”.
Esta película, de la que es guionista y directora, “nació del miedo que sentía porque comencé a imaginar que se me iba desarrollar el Alzheimer, luego de que mi mamá lo padecía. Con ella viví muy de cerca este proceso. En un momento, sí pensé que ya me estaba dando, pero tenía apenas 43 años; estaba alucinando”.
Despedida
Entonces “dije, si me va a dar, ¿qué haría con eso? y pensé: una película. Así “comencé a imaginar cómo sería esta cinta de despedida, la cual tendría que ser en un terrible contexto, pero a la vez, buscar la belleza y celebrar la vida”.
Todo estos pensamientos y reflexiones, agregó, “se convirtieron en una ficción. Escribí la historia de esta mujer, quien tiene, además, una contradicción inherente, la cual es que ella no podrá terminar la película, porque el padecimiento no se lo permitirá y acude a una documentalista –que yo interpreto– para que le ayude a contar su historia”.
En Observar las aves, Martínez Crowther recurre al cine como resistencia al olvido. “Decidí filmar como si fuera un documental para que la gente se identifique con lo que pasa en torno a ese padecimiento o sentir empatía, conmoverse, reírse o llorar lo que toque al corazón”.
Detalló: “Muchas de las escenas, 80 por ciento, nacen de situaciones que viví con mi mamá, casi extraídas de mi realidad; surgen, sin duda, a partir del dolor y del amor” hacia su progenitora.
La directora agregó: “Hay muchos aspectos autorreferenciales, pero, al mismo tiempo, es una ficción. Por ejemplo, en mi personaje sí hay cosas que se parecen a mí, pero esta mujer ficticia está herida, siente un gran dolor que le hace que se cierre ante el mundo. Sin embargo, el mensaje que le da Lena es que acepte esas cosas de la vida, las pérdidas, ausencias y se perdone a sí misma”.
Observar las aves, señaló Andrea Martínez Crowther, “se filmó en cinco semanas, pero todo el proceso fue durante tres años; la propuesta fue arriesgada. Además, era tratar de hacer una película con un mini presupuesto, aunque también éramos un equipo pequeño, que es lo que la historia requería, por ser una trama íntima, como si fuera documental”.
Puntualizó: “Soy una directora a la que no le da miedo mostrar su vulnerabilidad y fragilidad; es algo que sí estoy dispuesta a hacer, pero no quiere decir que sea fácil. Contar una historia tan personal es muy doloroso; hubo momentos en los que no era capaz de tomar esa distancia de ser la directora, como ser la hija de una persona con Alzheimer; también fue muy difícil salir del otro lado de la cámara, pero salí de mi zona de confort”.
Andrea Martínez Crowther tuvo un exitoso debut como directora con Cosas insignificantes, la cual fue producida por Guillermo del Toro y Bertha Navarro.
Observar las aves ganó el premio del público en el Festival Internacional de Cine de Los Cabos en 2019. La realizadora espera llevarla a otros estados, a foros alternativos y buscar una plataforma.