El presidente de la Comisión de Trabajo y Previsión Social, Napoleón Gómez Urrutia, llamó a la Cámara de Diputados a aprobar el proyecto que declara el 20 de septiembre de cada año como Día Nacional de la Democracia Sindical, avalado por el Senado el pasado 2 de marzo.
El senador de Morena afirmó que esa conmemoración “significa un gran avance en materia laboral, pues no sólo fomenta la cultura de la democracia sindical, sino que reconoce los esfuerzos para cambiar el papel del Estado dentro del sindicalismo, de una visión de control hacia un pleno respeto a los derechos de las y los trabajadores”.
En la tribuna, Gómez Urrutia recordó que el Senado avaló este proyecto por unanimidad porque el 20 de septiembre de 2018 ratificó el convenio 98 de la Organización Internacional del Trabajo, el cual busca garantizar la libertad de afiliación, así como fortalecer la democracia sindical y la contratación colectiva.
Refirió que por más de 50 años México vivió el control de estas agrupaciones mediante el corporativismo “de los sindicatos de protección patronal”, que eran vistos por los gobiernos anteriores como herramientas para mantener bajos salarios y desarticular la verdadera organización de la fuerza laboral.
Aunque la propuesta ya fue aprobada por el Senado, continuó, aún se encuentra pendiente de dictaminación en San Lázaro, por lo que hizo “un respetuoso exhorto a la Comisión de Gobernación de la colegisladora, a efecto de que se realicen las acciones necesarias para la aprobación de esta minuta”.
El senador Germán Martínez Cázares, del grupo plural, destacó: “Debo reconocer que la 4T ha hecho legislativamente lo correcto en materia laboral, pero se ha ejecutado de manera corrupta. En la Secretaría del Trabajo ¿quién manda? ¿Manda la secretaria o el papá de la secretaria, que tiene sindicatos al servicio de clientelas y al servicio de la Secretaría del Trabajo?”
Agregó: “No lo digo yo, lo dijo la Rayuela del 14 de septiembre, en el periódico La Jornada. No lo dice un periódico fifí, lo dice La Jornada. Lo que pasa en la Secretaría del Trabajo ya no se puede ocultar: huele mal por todos lados”.
Martínez Cázares insistió: “Este es un asunto de política interior que debe tratarse y que tiene que ver el secretario de Gobernación, en pacificar y tomar esa secretaría, para que no la gobierne el papá de la secretaria”.