El presidente estadunidense, Joe Biden, dijo que “estamos trabajando con México y otros países para ver si podemos parar el flujo (migratorio)”, luego que su gobierno informó que el número de venezolanos detenidos en la frontera sur de Estados Unidos se disparó en agosto, mientras que los migrantes mexicanos y de algunos países de Centroamérica fueron detenidos con menor frecuencia, informaron funcionarios estadunidenses.

En declaraciones a la prensa, Biden señaló que la situación en la frontera sur es “totalmente diferente” a la que prevaleció durante la administración de su antecesor, Donald Trump (2017-2021), dado que “llegan menos migrantes de Centroaméica y México”.

Venezuela superó a Guatemala y Honduras para convertirse en la segunda nacionalidad más alta entre los migrantes que cruzan ilegalmente la frontera hacia Estados Unidos. México ocupa el primer sitio de la estadística, informó la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP por sus iniciales en inglés)

Las autoridades federales hicieron 25 mil 349 detenciones de ciudadanos venezolanos en agosto, un incremento de 43 por ciento en relación con las 17 mil 652 de julio y una cifra cuatro veces mayor a los 6 mil 301 detenidos en agosto de 2021.

Al mismo tiempo, por tercer mes consecutivo, se hicieron menos detenciones de migrantes de México, Guatemala, El Salvador y Honduras, países que han encabezado la cifra de detenciones durante décadas.

En total, las autoridades realizaron 203 mil 598 detenciones de migrantes en agosto, 1.8 por ciento más que las 199 mil 976 detenciones de julio, pero 4.7 por ciento menos que las 213 mil 593 de agosto de 2021.

La migración desde Cuba y Nicaragua siguió siendo elevada, según datos de la CBP por sus iniciales en inglés. Hubo 19 mil 57 detenciones de cubanos durante agosto, en comparación con 20 mil 96 en julio y con 4 mil 496 de agosto de 2021. De igual manera se registraron 11 mil 742 detenciones de nicaragüenses en agosto, comparadas con 12 mil 75 de julio y 9 mil 979 de agosto de 2021.

Aunque no es posible identificar una única razón para el repentino cambio en los flujos migratorios, es extremadamente complicado para Estados Unidos expulsar a migrantes de Venezuela, Nicaragua y Cuba debido a una regla de la era de la pandemia conocida como Título 42, que las autoridades estadunidenses invocaron para rechazar las solicitudes de asilo con el argumento de evitar la propagación del covid-19.

Las relaciones de Estados Unidos con estos países son profundamente tensas, lo que dificulta o imposibilita repatriar a los migrantes.

“El fracaso de los regímenes comunistas en Venezuela, Nicaragua y Cuba está impulsando una nueva ola de migración en todo el Hemisferio Occidental, incluyendo el reciente incremento de encuentros en la frontera suroeste de Estados Unidos”, dijo Chris Magnus, comisionado de la CBP.

México acepta a migrantes expulsados bajo el Título 42 si son oriundos de Guatemala, Honduras o El Salvador, además de a los mexicanos. Si bien en teoría la norma por la pandemia se aplica a todas las nacionalidades, las personas provenientes de esos cuatro países son las más afectadas.

Alrededor de 6.8 millones de venezolanos han salido de su país desde que se profundizó una crisis económica a principios de 2014. La mayoría de ellos han migrado hacia naciones de América Latina y el Caribe.

La migración venezolana hacia Estados Unidos se desplomó a principios de este año luego de que México impuso restricciones a los viajes aéreos, pero aumentó en los últimos meses debido a que más de ellos llegan por tierra.

La tendencia en la migración de venezolanos es visible en los titulares de los diarios. Los aproximadamente 50 migrantes que el gobernador de Florida, Ron DeSantis, trasladó a la lujosa isla de Martha’s Vineyard en Massachusetts eran venezolanos en su totalidad, al igual que cinco de las seis personas que las autoridades estadunidenses encontraron ahogadas en el Río Bravo —conocido como Río Grande en Estados Unidos— cerca de Eagle Pass el fin de semana del Día del Trabajo. El sexto era de Nicaragua.

A todo esto, la Casa Blanca dijo estar al tanto de los informes de un vuelo que llevaría migrantes a una zona cercana a la casa de vacaciones de Biden en Rehoboth Beach, Delaware, y señaló que trabajaría con funcionarios locales para ayudarlos si llegaran, al tiempo que lo condenó como un "truco político".

El gobernador republicano de Florida, Ron DeSantis, no confirmó ayer las informaciones sobre el vuelo ni indicó si estaba detrás de la acción, y esta noche trascendió que el vuelo se pospuso.