Islamabad. La Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó ayer sobre un “segundo desastre” tras las inundaciones mortales en Pakistán, mientras trabajadores sanitarios luchan contra los brotes de enfermedades contagiosas.
La inundaciones comenzaron a ceder esta semana en las provincias más afectadas pero muchos de los desplazados, que ahora viven en tiendas de campaña y campamentos improvisados, enfrentan infecciones gastrointestinales, fiebre ocasionada por el dengue y la malaria. Las aguas sucias y estancadas se han convertido en caldo de cultivo de mosquitos transmisores de enfermedades.
Lluvias monzónicas, que muchos expertos relacionan con el cambio climático y las subsecuentes inundaciones, han matado a mil 545 personas, entre ellos unos 552 niños en Pakistán.
“Estoy profundamente consternado por el potencial para un segundo desastre en Pakistán: una ola de enfermedad y muerte siguiendo esta catástrofe, ligada al cambio climático, que ha impactado severamente los sistemas de salud vitales dejando a millones vulnerables”, afirmó en una declaración el director general de la OMS, Thedros Adhanom.
En tanto, un deslizamiento de tierras provocado por fuertes lluvias dejó al menos 14 muertos y siete heridos en el oeste de Nepal, informaron las autoridades ayer, mientras los equipos de rescate buscaban en el lugar de la catástrofe para intentar encontrar a otras 10 personas desaparecidas.
Los socorristas sacaron a los muertos y heridos de los restos de cinco casas enterradas bajo el barro en el distrito de Achham, a unos 450 kilómetros al oeste de la capital, Katmandú, informó Dan Bahadur Karki, portavoz de la policía. Al menos 48 personas han muerto y 12 están desaparecidas.