En el paquete económico de 2023 pierden las mujeres. Si bien para el próximo año se propone la incorporación de más programas sociales prioritarios, como la Escuela es Nuestra y Universidades para el Bienestar, en contraste, los que cuentan con un enfoque de género sufrieron un recorte.
Los planes que sí cuentan con esta perspectiva acumulan una reducción de 3.4 por ciento respecto de 2022.
Los programas de Apoyo a Madres Trabajadoras y de Salud Materna, Sexual y Reproductiva podrían presentar una caída de 4.5 y 4.2 por ciento, respectivamente.
Respecto al Programa de Salud Materna, Sexual y Reproductiva, que opera la Secretaría de Salud (Ssa), el recorte representa un retroceso para el ejercicio de los derechos de las mujeres en esas materias, afectando los avances que se habían logrado en años recientes, especialmente en la cuestión de violencia de género, planificación familiar (por el aumento de embarazos adolescentes), mortalidad y morbilidad materna y neonatal, destacó la Unicef.
Por su parte, el Programa de Apoyo para el Bienestar de las Niñas y Niños, Hijos de Madres Trabajadoras apoya para mejorar las condiciones de acceso y permanencia en el mercado laboral y escolar de las madres, padres solos o tutores que trabajan, buscan empleo, o estudian y que no cuenten con la prestación de cuidados infantiles, así como promover el bienestar de las niñas, niños, adolescentes y jóvenes en orfandad materna, para su manutención y educación.
“El paquete económico 2023, entregado el 8 de septiembre por la Secretaría de Hacienda al Congreso de la Unión, no concuerda con los planes sexenales más importantes relacionados con la garantía de los derechos humanos y la reducción de las desigualdades”, sostuvo Fundar, Centro de Análisis e Investigación.
Añadió que el proyecto de Presupuesto de Egresos 2023 prevé un aumento de 41 por ciento para los programas y acciones etiquetadas bajo el anexo 13, el cual tendría un gasto de 346 mil 77 millones de pesos. Sin embargo, como en años anteriores, este aumento fue impulsado principalmente por los recursos etiquetados para programas sociales prioritarios universales, que no tienen perspectiva de género.
Para la función salud, el gasto propuesto ascendería a 868.2 mil millones de pesos, un incremento real de 4 por ciento. Este monto continúa siendo inferior a 6 por ciento del PIB, el nivel de gasto recomendado internacionalmente.
Fundar precisó que los programas con un enfoque de género sufrieron un recorte y destaca la reducción de más de 4 por ciento a los programas de Apoyo a Madres Trabajadoras y Salud Materna, Sexual y Reproductiva.
Bajo este panorama, es previsible que el IMSS-Bienestar, la nueva apuesta para ofrecer servicios de salud en favor de la población sin seguridad social, incumpla sus objetivos a corto plazo.
“Las múltiples crisis que atraviesa el país no podrán solucionarse si el Estado mexicano continúa apostando a bajos niveles de gasto público en materia de salud, equidad de género, medio ambiente, violaciones graves a los derechos humanos, acceso a la cultura y combate a la corrupción”, afirmó Fundar.