Los hallazgos realizados en 2019 en la zona arqueológica de Bonampak, Chiapas, ayudarán a comprender la vida cotidiana de la ciudad prehispánica, tanto de la población antigua como de la élite que habitó en los 172 conjuntos arquitectónicos identificados en el sitio, informó el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
El titular del Proyecto Arqueológico Bonampak (PAB), Alejandro Tovalín Ahumada, detalló que “se analizarán millares de elementos cerámicos, los cuales, presumiblemente, corresponden al periodo Clásico Tardío (600-800 dC) y se relacionan con la última época del asentamiento, coincidente con el reinado de Chan Muwan II, único gobernante conocido, hasta ahora, en Bonampak.
“La mayor parte de la colección, restos de figurillas, vasijas utilitarias y objetos con decoración, fueron localizados en el Edificio 22, a un lado del emblemático Edificio de las Pinturas, lo cual nos permite estudiar el proceso de ampliación.
“Para el próximo año se prevé analizar los restos de metates con el fin de conocer la dieta de los pobladores de Bonampak o, incluso, la sectorización del consumo en el sitio. Estos instrumentos eran empleados para preparar una variada gama de alimentos, a partir de la molienda de productos como maíz, calabaza y chile, entre otros.
“El almidón es una estructura básica en todas estas semillas, frutos y tubérculos, que, al ser triturado sobre la superficie de los metates, quedan partículas pequeñas o gránulos que están ampliamente caracterizados, por lo que puede reconocerse con precisión en cada muestra”, explicó el también investigador del Centro INAH Chiapas.
Revelaciones “monumentales”
Desde 1993, el PAB ha proporcionado datos relevantes y “monumentales” para la investigación arqueológica del área maya.
Muestra de ello, este miércoles fue inaugurada la exposición Bonampak: Una historia en construcción en el Museo Regional de Chiapas, que incluye 63 piezas arqueológicas de cerámica, concha, piedra verde, lítica, huesos tallados y escultura en mampostería (La Jornada, 7/9/22).
En la exhibición destacan dos entierros con sus osamentas y ajuares originales. El primero, hallado en el Edificio 4 de la Acrópolis, corresponde a un hombre ataviado con múltiples objetos de jade, entre ellos, un pendiente con el rostro del dios joven del maíz, además de un espejo de pirita.
El segundo, también de un individuo masculino, se ubicó con georradar en el Edificio de las Pinturas; destaca por ser el entierro ubicado en Bonampak, hasta hoy, con mayor número de piezas de jade, con más de 400, y porque el cráneo del personaje fue sustituido, en tiempos prehispánicos, por un vaso de alabastro.