Ciudad de México. La enorme sonrisa del general era la insignia de su gran satisfacción. Había concluido el discurso con el que proclamó la subordinación castrense al poder civil y, entre aplausos del gabinete, se colocó al lado del presidente Andrés Manuel López Obrador para presenciar la parada militar. Había llegado el día: el estruendo de dos helicópteros de la Guardia Nacional (GN) que descendieron al Zócalo anunciaba la nueva era de la corporación, ahora bajo el mando directo del Ejército.
Galería: Realizan desfile militar para conmemorar el 212 aniversario de la Independencia.
Casi dos horas departiendo junto al mandatario lo confirmaron como el hombre fuerte de López Obrador. Admiraban, ambos visiblemente complacidos, el despliegue de todo el potencial de la GN; el contingente de ingenieros del Ejército que construyó el aeropuerto Felipe Ángeles; el agrupamiento de profesionales militares que se aboca, a marchas forzadas, a construir el Tren Maya; desfilaron tráileres adaptados como hospitales, cocinas populares y refugios móviles del Plan DNIII…
Es la versatilidad castrense, su omnipresencia en tiempos de la transformación.
Rodeado de militares, marinos, guardias nacionales y otros convocados, López Obrador proclamó la formalización de su propuesta de pacificación mundial, censurando el tibio papel de la Organización de Naciones Unidas y las potencias mundiales para terminar con el dolor de la guerra.
Correspondió al agrupamiento motorizado de la GN la apertura del desfile en ocasión del 212 aniversario de la Independencia. Con marcialidad castrense, marcharon los primeros efectivos de la corporación que entonaron, por primera vez de manera estelar en el inicio de estas ceremonias, su himno de corte militar: “Somos águilas, defensores del derecho, inquebrantables. Nuestra finalidad, proteger tus bienes y tus libertades…”
Fuertemente armados y con chalecos blindados pasaron no sólo el agrupamiento de operaciones especiales de la GN, sino también los responsables de la protección del patrimonio cultural, de salvaguardar el medio ambiente y la operación y administración de aduanas, hasta quienes operarán con el denominado uniforme de proximidad, lo más parecido a una fuerza policiaca, con su tolete correspondiente como instrumento de trabajo.
Objeciones jurídicas
Cuando aún no se han disipado las objeciones jurídicas por el traslado de la corporación a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), ayer la demostración de los vehículos blindados Rhino y Cobra, las unidades de intervención de aeronaves, los carros antibombas, lanchas, helicópteros y aviones de transporte de efectivos exhibieron el avance en el equipamiento de la corporación que, de acuerdo con la secretaria de Seguridad Pública, Rosa Icela Rodríguez, contribuirá a la pacificación del país: la GN.
“Nuestro proceder es y será siempre apegado al marco jurídico vigente, sin aspiraciones ni pretensiones de ninguna índole”, había también acotado Sandoval en un esfuerzo discursivo por amainar los ánimos entre quienes objetan que la Guardia esté bajo su ámbito.
Más allá de la disciplina militar en el desfile, entre quienes aspiran a la sucesión presidencial no hubo tregua para la disputa por lucirse en la ceremonia y entre los ilustres invitados, en particular los más identificados con la izquierda: los ex presidentes de Bolivia Evo Morales y de Uruguay José Mujica.
Su presencia desató un nuevo escenario de competencia en la lucha por la sucesión en las redes sociales. Cercano a ambos por sus responsabilidades como canciller, Marcelo Ebrard subió sendas fotografías con ellos a su lado: “Gracias por acompañarnos”.
La jefa del Gobierno capitalino, Claudia Sheinbaum, también exhibió su participación en la ceremonia con fotos en las que convive con niñas y otras de las maniobras militares durante el desfile, así como un video en el que se ve el otorgamiento a Morales del carácter de huésped distinguido de la ciudad.
El secretario de Gobernación, Adán Augusto López, también ocupó sus redes sociales para patentizar su adhesión al Presidente: “es un orgullo estar con el presidente &commatlopezobrador, liderando la transformación del país”.
Mas allá de las disputas políticas en la élite oficial y de las visiones encontradas por el carácter civil o militar de la GN, la parada mostró la empatía social con las fuerzas armadas, al menos cuando se trata de desfiles y celebraciones patrias. Desde muy temprano, la gente se aglomeró entre los contingentes que saturaban las calles del Centro Histórico en espera de una fotografía con los militares en sus vehículos oficiales.
Posteriormente, hubo algarabía entre los miles que asistieron para observar el paso de miles de soldados, marinos y guardias nacionales.
Al término, el general Carlos Pancardo dio un pormenorizado parte: “Desfilaron ante el pueblo de México (…) 18 mil 445 integrantes de la Guardia Nacional y de las tres fuerzas armadas, un guardia honorario, 95 charros (…) cinco águilas reales, 18 aguilillas, ocho halcones cola blanca, 347 caballos y 143 canes”.
Gobierno capitalino reporta saldo blanco
El gobierno de la Ciudad de México reportó la asistencia de 300 mil personas al desfile militar.
En un comunicado detalló que la Secretaría de Seguridad Ciudadana desplegó 2 mil 900 policías y 110 vehículos para garantizar la seguridad de la población durante la parada, que concluyó con saldo blanco, sin ningún incidente.
Personal de la Secretaría de Salud instaló tres módulos, adonde algunos asistentes acudieron por atenciones menores, mientras el Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas trasladó a una persona por posible fractura.
Concluidos los festejos, trabajadores de la Secretaría de Obras y Servicios retiraron un total de 123 toneladas de residuos sólidos.