El nocaut en el boxeo es la tierra prometida de los aficionados, la cosa con la que se alcanza el clímax de un combate. Y ese es el desenlace que pretende Canelo Álvarez en la tercera pelea contra el kazajo Gennady Golovkin es-ta noche en Las Vegas. Una trilogía que busca convertirse en un clásico del pugilismo.
“El nocaut puede llegar en cualquier momento en el boxeo, es verdad”, concede el entrenador veracruzano Ignacio Beristáin, “pero decir tanto como voy a noquear a fulano, es muy temerario”.
Postergar este tercer combate cuando Golovkin tiene 40 años, en contraste con los 32 de Álvarez, ha despertado juicios anticipados que dan por derrotado al kazajo por la diferencia de edades. Esto le parece una lectura errada al experimentado entrenador.
“No me parece ni justo ni acertado ese juicio. Golovkin no puede ser tratado como un peleador viejo o acabado, se trata de un pugilista con clase, un clásico del estilo de boxeo que se desarro-lló en los países del bloque socialista, muy técnico, atlético y eficaz. Puede cerrar muchas bocas”, asevera Beristáin.
En tanto, en medio de gran expectación, ayer se realizó la ceremonia del pesaje y ninguno de los púgiles tuvo problema con la báscula en el T-Mobile Arena.
El primero en subir fue Triple G, quien se presentó sin aspavientos y registró 167.8 libras (76.1 kilogramos); después fue el turno del Canelo, quien llegó enfundado en una pijama roja, con música de mariachi y bajo los acordes de El rey. Pesó 167.4 libras (75.9 kilos).
Álvarez, quien la víspera declaró que se piensa retirar a los 37 años para dedicarse a los negocios y jugar golf todos los días, estalló en risas cuando uno de sus fans le gritó: “¡Canelo, hazle un hijo a mi vieja!”
El kazajo comentó: “Si ustedes son verdaderos fanáticos del boxeo saben quién es el verdadero campeón”. A su vez, el boxeador tapatío machacó: “Sé que no va a ser fácil, pero lo que quiero es terminar este combate antes de los 12 asaltos y desde el principio voy a buscar hacerlo… Gracias a todos por estar aquí, los aprecio mucho. Espero que disfruten mañana (hoy) una gran pelea. ¡Viva México, cabrones!”