Washington. Tras más de 20 horas seguidas de negociaciones, quedó conjurada la huelga de trabajadores ferrocarrileros de Estados Unidos, luego que las empresas ferroviarias y los sindicatos llegaron a un “acuerdo de principio”, para evitar la protesta que amenazaba con interrumpir los viajes y las cadenas de suministro, y que incluso orilló al presidente Joe Biden a recibir a los negociadores en el Despacho Oval de la Casa Blanca.
El acuerdo se logró después de conversaciones maratónicas en el Departamento de Trabajo en Washington, que comenzaron el miércoles y se prolongaron hasta altas horas de la noche, pues existía la posibilidad de que el viernes se iniciara una huelga que habría paralizado el transporte en las líneas férreas de todo el país.
Los trabajadores lograron un aumento salarial de 24 por ciento en los próximos cinco años, una mejora de sus condiciones de trabajo y un tope en el costo que los empleados del sector pagan por la asistencia sanitaria.
“Fueron más de 20 horas de negociaciones. En ningún momento nadie pudo irse a casa", dijo un alto funcionario a los periodistas. "A las 9 de la noche del miércoles, Biden llamó y su mensaje fue que había que llegar a un acuerdo, que un cierre era inaceptable, y que había que responder de buena fe".
El presidente pidió a los negociadores que tuvieran en cuenta los perjuicios a las familias, los agricultores y los negocios si se producía un paro.
Biden advirtió que una huelga nacional de los sindicatos ferroviarios paralizaría las cadenas de suministro y Estados Unidos enfrentaría una “verdadera crisis económica”. “Si, de hecho, ellos (los transportistas de carga) se hubieran puesto en huelga, las cadenas de suministro del país se habrían detenido de forma estrepitosa. Habríamos asistido a una verdadera crisis económica”, dijo el mandatario en una entrevista a la cadena CBS.
La huelga amenazaba con interrumpir el transporte de carga, incluidos alimentos y combustibles, así como el de pasajeros. Ello en momentos en que aún no se ha logrado establecer por completo las cadenas de suministro desde la pandemia de covid y cuando el país atraviesa por el nivel de inflación más alto en los últimos 40 años. También cuando faltan dos meses para las elecciones de medio mandato en las que el Partido Demócrata arriesga perder el control del Congreso.
La Asociación de Ferrocarriles Estadunidenses (ARA, por sus siglas en inglés), que representa a los trenes de carga del país, había advertido que la huelga detendría 7 mil trenes, con un costo de 2 mil millones de dólares al día.