Buenos Aires. El cuarto detenido por el intento de homicidio de la vicepresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner se presentará el viernes ante la jueza del caso para declarar bajo la sospecha de que estuvo al tanto del planeamiento del ataque, que habría comenzado hace cinco meses y supuso la evaluación de distintas alternativas para concretarlo.
Gastón Marano, abogado del imputado Gabriel Carrizo, dijo a periodistas antes de que comenzara la declaración que su defendido “no es un asesino” y “no tenía ninguna idea de la intención criminal” de quienes han sido imputados como coautores de la tentativa de homicidio de la vicepresidenta, el brasileño Fernando Sabag Montiel y su novia, la argentina Brenda Uliarte, que se encuentran bajo arresto.
El abogado dijo que Carrizo sólo mantiene un “vínculo comercial ”con los dos procesados a partir de su trabajo como productor de copos de azúcar que vendía a ambos, quienes a su vez “salían a revenderlos” a las calles de Buenos Aires y localidades cercanas.
El intento de asesinato de la también exmandataria (2007-2015) se produjo el 1 de septiembre cuando saludaba a los simpatizantes que se congregaban en las inmediaciones de su domicilio en Buenos Aires. En ese momento Sabag Montiel, de 35 años, gatilló dos veces con su pistola Bersa a pocos centímetros de la cabeza de Fernández de Kirchner. El arma tenía cinco balas pero no llevaba ninguna en la recámara y la bala no salió, según la policía.
De acuerdo con los investigadores Uliarte, de 23 años y quien estaba a escasos metros de su pareja en el momento del ataque, habría tenido un papel preponderante en su planeamiento, según se desprende de los mensajes que envió a través de su teléfono móvil a varias personas, entre ellas su amiga Agustina Díaz, la tercera detenida en el marco de la investigación.
Carrizo, de 27 años, quedó bajo arresto hace dos días cuando se presentó en los tribunales para retirar su móvil que había entregado de manera voluntaria cuando en ese momento era testigo en la causa.
El celular fue analizado por los investigadores, quienes encontraron que en su estado de WhatsApp el joven había escrito un rato después de la detención de Sabag Montiel que "el gobierno es vulnerable, y espero que les quede claro… van a juzgar a una persona que le estaría haciendo un gran favor a toda la Nación Argentina”, dijo a The Associated Press un funcionario conocedor de la investigación que pidió reserva de identidad porque la causa podría volver a quedar bajo secreto de sumario.
Carrizo también se refirió al presidente Alberto Fernández. ”¡Seguro el próximo sos vos, Alberto! ¡Tené cuidado!”, decía el mensaje.
La magistrada debe definir en los próximos días la situación procesal de Díaz y Carrizo. Un día después del frustrado atentado, este último fue entrevistado por un canal de televisión junto a Uliarte y otros amigos integrantes del grupo de vendedores de copos de azúcar y se desmarcaron del ataque del brasileño, también vendedor ambulante.
El fallido ataque contra Fernández de Kirchner, de 69 años, tuvo un gran impacto en Argentina, donde desde hace más de dos décadas la dirigente peronista es una figura central de la política tras haber ejercido como legisladora, presidenta durante dos mandatos consecutivos y ahora como vicepresidenta.
Los sospechosos del ataque mantienen posturas muy críticas con la dirigente de centro izquierda, que han manifestado en redes sociales. En el caso de Uliarte ha participado en marchas en contra del gobierno del presidente Alberto Fernández organizadas por grupos de ultraderecha.
Según la resolución en la que la jueza dispuso el procesamiento de Sabag Montiel y Uliarte -a la que tuvo acceso The Associated Press- lo ocurrido el 1 de septiembre constituyó “el capítulo final del plan delictivo” que ambos "previamente habían acordado, diseñado y estudiado”.
El plan habría comenzado el 22 de abril cuando la joven adquirió la pistola Bersa para perpetrar el ataque. En julio Uliarte le comunicó a Díaz su intención de pegarle un tiro a la vicepresidenta en un mensaje desde su celular.
“Voy con el fierro y le pego un tiro a Cristina… me dan los ovarios para hacerlo … el tema es como, porque la vieja tiene seguridad”, dijo la joven, según la resolución judicial. Para la jueza, ello indica que para entonces Uliarte ya había tomado la decisión de atentar contra la vicepresidenta "iniciando así el curso del plan al cual solo le bastaba definir las circunstancias de modo, tiempo y lugar de su ejecución, lo cual ocurrió posteriormente a partir de la inteligencia que tanto ella como Sabag Montiel realizaron en días previos al atentado".
Esos días el edificio donde reside la exmandataria era el epicentro de manifestaciones de simpatizantes que la respaldaban luego de que un fiscal pidió una condena para ella de 12 años de cárcel por supuesta corrupción durante su mandato.
Según la magistrada, los imputados analizaron qué alternativa aseguraba el resultado buscado teniendo en cuenta los movimientos de la víctima y de su custodia.
En el auto de procesamiento se incluyeron además fotografías de Uliarte manipulando la misma pistola que fue secuestrada luego de ser gatillada por Sabag Montiel.