Berlín. Alemania tomará el control de tres refinerías de propiedad rusa en el país para garantizar la seguridad energética antes de la entrada en vigor de un embargo al petróleo procedente de Rusia el próximo año, dijeron las autoridades el viernes.
Rosneft Deutschland y RN Refining & Marketing quedarán bajo el control de la Agencia Federal de Redes alemana, explicó el Ministerio de Economía en un comunicado. Como resultado de esta medida, la agencia controlará también las acciones de estas empresas en las refinerías PCK Schwedt, MiRo y Bayernoil, ubicadas en el este y el sur del país.
Las filiales de Rosneft en Alemania representan 12 por ciento de la capacidad de refinación del país e importa petróleo ruso valorado en varios cientos de millones de euros (dólares) cada mes.
Desde ahora quedan “bajo administración fiduciaria” de la agencia nacional responsable de gestionar las redes energéticas, indicó el ministerio alemán de Economía en el comunicado.
El gobierno de Berlín tiene ahora la atención puesta en particular en la refinería de Schwedt, en el este del país, que garantiza el suministro de productos petroleros a toda la región de Berlín.
La medida, que inicialmente durará seis meses, ayudará a garantizar el suministro energético, agregaron las autoridades.
Rosneft denunció una “decisión ilegal” y “una violación de todos los principios fundamentales de una economía de mercado”.
El grupo petrolero ruso analizará “todas las medidas posibles para proteger a los accionistas, incluyendo acudir a los tribunales”, indicó en un comunicado.
Rosneft había declarado con anterioridad que no tenía intención de frenar la importación de petróleo ruso, a pesar del inminente embargo de la Unión Europea a partir del 1 de enero de 2023.
Alemania ya se hizo con el control a principios de abril de la ex filial alemana de Gazprom, esta vez para garantizar su suministro de gas.
Luego, el gobierno alemán tuvo que destinar una ayuda de entre nueve mil y diez mil millones de euros para salvar a esta entidad amenazada de quiebra.
La primera economía europea ya ha reducido su dependencia hacia las importaciones de petróleo ruso, que representaban 35 por ciento de sus necesidades antes de la guerra de Rusia en Ucrania.
En paralelo, Rusia ha suspendido sus entregas de gas al país, que no podrá remplazarlas completamente antes de 2024, según las últimas previsiones del gobierno.