El presidente Andrés Manuel López Obrador informó ayer que su reunión con el secretario de Estado, Antony Blinken, se desahogó sin reproches del visitante, amagos de imposición de aranceles o sanciones y en cambio coincidieron en que las diferencias en el sector energético se subsanen en el diálogo en cada caso. Acordaron que los desencuentros particulares no definirán la política energética nacional, “nada de que van a castigar a México”, por lo que confió en que las consultas del tratado comercial no escalen a un panel de controversias.
En la conferencia del martes, el mandatario destacó que fue un encuentro respetuoso y que ambos convinieron en impulsar una mayor colaboración para consolidar la región de América del Norte. El presidente mexicano informó que puso el acento en que la integración incluya a América Latina.
En paralelo, ambas partes coincidieron en impulsar la promoción de energías limpias en la industria automotriz y López Obrador presentó el Plan Sonora para la generación de energía solar, que podría comercializarse en Arizona y California.
El Presidente informó que, aún en el marco del respeto entre las partes, expresó a Blinken su extrañeza por los términos en que Estados Unidos anunció en julio pasado la solicitud de consultas dentro del T-MEC.
Recordó que antes de esa petición ocurrió ese mismo mes su visita oficial a su homólogo Joe Biden, una reunión con la vicepresidenta Kamala Harris y el acercamiento con empresarios de ambos países.
“Regresamos y a los cinco días un comunicado sobre una consulta sobre nuestra política energética, en un tono muy poco diplomático”, expuso el Presidente.
En un balance sobre la reunión del lunes, López Obrador señaló que fue explícito en señalar que el origen de esas consultas es un asunto de política interna y opinó que sus adversarios pugnan por profundizar las diferencias comerciales entre los dos países.
El origen de las consultas
Indicó que para él era necesario que Blinken conociera su visión sobre el origen de la solicitud de consultas comerciales. Manifestó que el sector conservador en México sorprendió a quienes emitieron ese documento, pero ahora todo está aclarado.
La petición oficial de consultas fue formulada por la representante comercial de Estados Unidos, Katherine Tai, bajo las reglas del T-MEC, en la que expresó “serias preocupaciones” sobre la política energética de México y su relación con el pacto trilateral.
Tai no formó parte de la comitiva estadunidense que visitó México el pasado lunes.
“Me llamó mucho la atención la actitud propositiva, amistosa de la secretaria de Comercio (Gina Raimondo). Nada de que van a castigar a México por su política energética, lo que nuestros adversarios quisieran y que se andan ahí frotando las manos, buscando que nos peleemos. Pues no”, comentó López Obrador.
El gobierno de Estados Unidos sabía que, antes de la visita a la Casa Blanca, el presidente mexicano había sostenido reuniones con directivos de varias empresas estadunidenses del sector energético para superar diferencias y de las cuales se desprendieron compromisos de mayor inversión por 25 mil millones de dólares, añadió el mandatario.
Agregó que la parte estadunidense conocía que México había sido claro en las razones de la clausura de algunas terminales de combustible, que aprovechaban para ingresar energéticos de contrabando.
El Presidente también informó que en su reunión con Blinken reconoció el cumplimiento del compromiso de Biden para no construir más muros en la frontera, en contra de lo que hicieron las pasadas administraciones republicanas y demócratas.