Buenos Aires. La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner envió ayer un escrito a la jueza María Eugenia Capuchetti para presentarse como querellante de la causa que investiga el fallido atentado en su contra para tener acceso al expediente que está bajo secreto de sumario, después de que la magistrada pidió reforzar la seguridad de la también ex mandataria y su familia ante más amenazas de muerte, mientras surgen nuevas revelaciones que demuestran la gravedad de este suceso.
Dos semanas después del intento de asesinato, y cuando está detenido el agresor, Fernando Sabag Montiel y su novia Brenda Uliarte, ante la cantidad de datos y pruebas Fernández de Kirchner decidió involucrarse en la investigación y envió el escrito a la jueza.
“El día 1º de septiembre, como es de conocimiento público, fui víctima de los hechos que se investigan en estas actuaciones. De este modo, en razón del derecho que me otorga el artículo 82 del Código Procesal Penal de la Nación, solicito ser tenida como parte querellante”, señaló.
“Solicito que se dé acceso urgente al expediente electrónico a mis abogados Manuel Ubeira y Marcos Aldazabal, cuyos datos constan en el encabezado. Desde ya, solicito que, si se vuelve a decretar el secreto de sumario, se convoque a mis letrados a todo acto definitivo e irreproducible”. Además, le hizo saber que “cuando lo considere oportuno, me constituiré como actora civil, con el patrocinio del Dr. Gregorio Dalbón”.
La jueza Capuchetti ordenó la noche del lunes allanamientos y la detención de una amiga de Uliarte, cuyo teléfono celular permitió obtener información, como comunicaciones con Sabag Montiel. También mensajes en el celular de Uliarte llevaron a su amiga Agustina Díaz, que será indagada y quien tenía un lugar muy importante en el grupo que está ya en la mira de la justicia.
Se conoció por estos mensajes que Sabag Montiel y Uliarte intentaban alquilar un departamento frente al domicilio de la vicepresidenta, pero lo más fuerte es una orden que le da Agustina a Brenda de borrar todo lo que hubiera en el celular, cuando ésta le pidió alojamiento la misma noche del atentado y luego le preguntó “¿por qué falló el tiro? ¿Cómo mandaste a este tarado?.. Y después ¿se puso nervioso?”, tras ver lo sucedido por televisión, de lo cual surge que sabía del plan para matar a Fernández de Kirchner.
Los analistas consideran que la jueza Capuchetti, que aún debe explicar cómo fue que en su juzgado un policía por “error” borró el celular de Sabag Montiel, tiene pruebas para armar la primera estructura del plan criminal del grupo ejecutor para llegar a los responsable intelectuales.
Cada hora que pasa se agregan nuevos elementos, por lo cual el intento de la oposición de banalizar el fallido ataque mediante los medios de comunicación está fracasando.
La historia de la “vecina”
En estas últimas horas, se conoció la investigación realizada entre documentos de derechos humanos, del reconocido periodista e investigador Walter Goobar sobre la verdadera y siniestra historia de la “vecina” de la vicepresidenta Cristina Kirchner, que derivan esta causa a estadios cada vez más preocupantes.
De acuerdo con Goobar, Ximena Texanos Pintos fue en un momento de su vida Mirta Pendas, trabajó como administrativa en la Secretaría de Inteligencia del Estado (Side), a donde entró cuando tenía 21 años, en marzo de 1973, en los últimos días de la dictadura del general Agustín Lanuse.
Hija de diplomáticos, esto fue posible gracias a su amistad con las hijas del entonces director de la Side, Otto Paladino. Estuvo involucrada con el siniestro personaje de Aníbal Gordon, de la Alianza Anticomunista Argentina (Triple A), responsable de más de 2 mil asesinatos entre 1973 y 1975.
Gordon trabajó para la última dictadura militar (1976-1983). Texanos Pinto fue dada de baja de la Side por su participación junto al grupo de Gordon en 1977, en un secuestro extorsivo, por el que se pidió un millón de dólares, del agente de bolsa y dueño de una empresa Pedro León Zavalla. Viajó a Sudáfrica, Francia y España, lugares donde la Side y el batallón 601 tenía destacados agentes, especialmente durante la Operación Cóndor, coordinadora criminal de las dictaduras del Cono Sur. Hay mucho más sobre este personaje, pero en algún momento apareció siendo dueña del departamento que está justo sobre el de Fernández de Kirchner y un día antes del atentado se reunió con jóvenes del neonazi Revolución Federal ligados con Brenda Uliarte y el grupo de “acción”.