Saúl Canelo Álvarez llegó a Las Vegas para cumplir con los rituales previos a la pelea contra Gennady Golovkin el 17 de septiembre. El sábado cerró su preparación y sólo restan las formalidades mediáticas, promoción y el pesaje oficial el viernes.
El kazajo también arribó a la ciudad de Nevada, pero la llega-da del pelirrojo desató una euforia que se mezcló con la alegría de las fiestas patrias de México. Un júbilo que contagió al tapatío envuelto en música de mariachi y los gritos de los aficionados.
“Es muy especial representar a mi país en estas fechas, agradezco el apoyo de todos y espero que disfruten de un gran fin de semana de la Independencia de México”, dijo Álvarez muy emocionado.
Las llegadas estuvieron a la altura de la producción de esta cartelera. Arribaron como súper estrellas. Canelo con sus habituales pijamas de seda y rodeado de un séquito que avanzaba a la cadencia del peleador. Golovkin entró al hotel sede en un auto clásico, un convertible estilo estrella de Hollywood, con Seven Nation Army de los White Stripes de fondo.
Mientras se escuchaba la emblemática canción de El Rey, ambos peleadores hicieron un cara a cara, esos segundos incómodos en el que se para uno frente al otro y con el rostro a pocos centímetros de distancia se sostienen la mirada.
“Yo no quería hacer mucho cara a cara”, señaló al respecto Álvarez; “porque la gente se aburre y lo que yo tengo es de verdad, no quisiera que se viera así (repetitivo). Siento emoción y ganas de subir al cuadrilátero”.
Una de las trilogías más lucrativas y con expectación en la historia reciente del boxeo. Ambos se enfrentaron por primera vez en septiembre de 2017, con un empate; un año después volvieron a pelear con victoria para el mexicano. Aquellos combates se sostuvieron en peso medio; esta vez será en la categoría supermedio.
“Mi objetivo es noquear”, reite-ró el mexicano; “será difícil porque es un gran boxeador, muy fuerte, pero esa es mi meta. No puedo descuidarme por noquearlo, porque a veces pueden hacerse cosas que no se deben. Mi pelea debe ser inteligente, pero es el objetivo”.
Después de sostenerse las miradas cada uno se marchó por su lado. El mexicano lucía contento con la respuesta entusiasta de los seguidores, menos tenso que en los meses anteriores en los que expresaba su rencor contra el kazajo.
“Me he preparado muy bien”, aseguró Canelo sonriente; “cerré mi preparación hace unos días y fue una de las mejores en mi vida. Entrenar al cien por ciento para regresar más fuerte que nunca”.
Cada combate, Álvarez piensa en su legado, en el lugar que ocupará en la historia del boxeo.
“Estoy enfocado en lo que voy a brindar; lo que Golovkin va a dar sólo lo sabe él”, sostuvo el tapatío.