Detrás de la oposición a la Guardia Nacional y a que las fuerzas armadas se mantengan en tareas de seguridad hay motivos políticos: unos que no quieren que nos vaya bien y otros que tienen intereses de que la delincuencia persista, aseveró el presidente Andrés Manuel López Obrador.
En la mañanera de este martes, interrogado sobre las voces críticas ante la incorporación a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) de esta corporación y la presencia del Ejército y la Marina en las calles, el mandatario nuevamente defendió su proyecto y garantizó que no pretende militarizar el país.
“Ellos quisieran que falláramos, no porque les importe la seguridad, hay un asunto político, ellos tienen una manera de pensar distinta a la de nosotros, siempre ha sido así, ellos están a favor el conservadurismo, aunque digan ‘no, yo soy independiente, yo soy objetivo, yo soy profesional, yo no tengo partido’. Entonces, en el mejor de los casos (quieren) que te vaya mal y en el peor es que tengan acuerdos y no quieran que se terminen los ilícitos, o sea que ya no haya estos castigos o que ya no se actúe”, enfatizó el tabasqueño.
El mandatario federal aseguró que en sexenios pasados “no se actuaba” contra la criminalidad, por lo que no se protegía a la población.
“Era muy espectacular todo, y bueno, montajes y telenovelas y pura faramalla, pero en los hechos ¿qué iban a hacer con 20 mil operativos de la Policía Federal sin cuarteles, sin apoyo, sin disciplina, metidos en cuestiones ilícitas? ¿Qué iban a hacer, cómo protegían a la gente? No había protección, qué protección se podía esperar si el secretario de Seguridad Pública (Genaro García Luna) estaba vinculado a la delincuencia. Ese es el asunto ahora con la Guardia Nacional, que está funcionando, da resultados, y por eso no quieren. Unos porque no quieren que nos vaya bien y otros por intereses”.
A pregunta sobre el rechazo a la militarización que han expresado en distintos momentos instancias como la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, López Obrador se lanzó de nuevo contra estas agencias de organizaciones de las Naciones Unidas (ONU) y de Estados Americanos (OEA).
“No actúan con profesionalismo, son muy tendenciosos y muy conservadores y es lo mismo de nuestros adversarios, siempre guardan silencio, callan como momias cuando les conviene y gritan como pregoneros también cuando les conviene. No son serios, es de lo que se tiene que reformar, la ONU, la OEA, todos estos organismos, se requiere una reforma a fondo”.
Esto aun cuando estos organismos documentaron abusos del Estado y de las fuerzas militares durante los sexenios anteriores, como las torturas de más de 70 detenidos por la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa.
Aun cuando la interrogante se dirigió a la posición de estas instancias de la ONU y la OEA, en su disertación, el jefe del Ejecutivo transitó en su crítica hacia el Fondo Monetario Internacional (FMI) y al Banco Mundial (BM).
“Ya no se puede permitir que organismos internacionales impongan a los países sus políticas económicas, todo esto que hizo tanto daño cuando el BM y el FMI decidían sobre la agenda que tenían que aplicar los gobiernos nacionales, las llamadas reformas estructurales que significaban saqueo, empobrecimiento, corrupción, violencia. Si el FMI y el BM deberían ofrecer una disculpa, hacer una autocrítica y ofrecerle a todos los países del mundo una disculpa”.