Berlín. Alemania se prepara para entrar en recesión este invierno, debido al duro impacto de la crisis energética en los hogares y las empresas, según los pronósticos del instituto IFO y el Banco Central Alemán.
“Las reducciones del suministro de gas de Rusia durante el verano y las alzas drásticas de los precios que provocaron hacen estragos en la economía”, resumió ayer el instituto IFO, uno de los más influyentes en la economía europea.
El organismo redujo cuatro puntos porcentuales su previsión de crecimiento hecha en junio, y ahora prevé un retroceso de 0.3 por ciento del producto interno bruto (PIB) para 2023. Se trata del primer instituto alemán en pronosticar una caída del PIB el año que viene.