En el “Debe y el haber” de la monarquía existe una polémica sobre la ventaja de mantener este costoso sistema en Gran Bretaña. Aproximadamente la tercera parte de la población piensa que es un anacronismo y que hay que acabar con ella; otra tercera parte piensa que debe perdurar y al otro tercio de la población le da lo mismo si permanece o desaparece.

Para los británicos que pagan impuestos, la monarquía representa una carga adicional a los costos de la democracia. Sin embargo, desde la perspectiva económica y de negocios genera grandes beneficios a comerciantes, artesanos y prestadores de servicios que viven de la imagen de la nobleza.

La visita al Palacio de Buckingham o a sus jardines es obligada. Asistir al cambio de guardia, ver a la familia real o participar en el espectáculo de las pompas fúnebres de la reina y la coronación del nuevo rey es algo mediático… y todo lo mediático genera mucho dinero.

La economía y el mercado no sólo viven de las necesidades básicas del ser humano como son “casa, vestido y sustento”; también viven del consumo de imágenes y del espectáculo. Todo aquel consumo que proviene de la imaginación y no del estómago gana terreno cuando están satisfechas las necesidades básicas y precisamente el imaginario vinculado con la monarquía tiene una gran fuerza en la economía inglesa.

A nivel del turismo, las visitas que se realizan a Gran Bretaña desde países europeos y de otros continentes tienen como fin conocer estilos de vida, arquitectura, pintura, escultura y su forma de gobierno. Londres, aunque es una de las ciudades más caras del mundo, es de las más visitadas. Hay miles de motivos para ir a esta ciudad capital y parte de su encanto son sus tradiciones milenarias, entre las que se encuentra su sistema monárquico.

Si Gran Bretaña pierde esta tradición por ir en contra del liberalismo moderno, por no estar de acuerdo con los principios democráticos o por generar una sangría para las finanzas públicas ahorrará mucho dinero.

Sin embargo, esta tradición de más de mil 200 años es parte de la cultura, de la idiosincrasia y del imaginario de un pueblo triunfador que conformó un gran imperio. Por eso creemos que la monarquía inglesa permanecerá durante muchos años.