Ginebra. La esclavitud moderna ha aumentado en el mundo en los años recientes, impulsada por la pandemia, con cerca de 50 millones de personas obligadas el año pasado a trabajar o a contraer matrimonio, indicó el ayer la Organización de Naciones Unidas (ONU).
La ONU desea erradicar este flagelo en 2030, pero el año pasado 10 millones de personas más se hallaban en situación de esclavitud moderna respecto a las estimaciones mundiales de 2016, según el último informe publicado por las organizaciones Internacional del Trabajo e Internacional para las Migraciones con la fundación Walk Free.
De los 50 millones de esclavos modernos, cerca de 27.6 millones están sometidos a trabajo forzado y las otras 22 millones fueron casadas contra su voluntad. Mujeres y niñas representan más de dos tercios de las personas obligadas al matrimonio, y cerca de cuatro de cada cinco están en situación de explotación sexual comercial, según el informe.
La pandemia –que provocó un deterioro de las condiciones de trabajo y un aumento del endeudamiento de los trabajadores– engrasó los resortes de la esclavitud moderna en todas sus formas. En el mundo, cerca de una persona de cada 150 es considerada un esclavo moderno.
Estos datos indican que la esclavitud no es transitoria, sino que dura varios años.
“Es escandaloso que la situación de la esclavitud moderna no mejore. Nada puede justificar la persistencia de este abuso fundamental de los derechos humanos”, afirmó el director general de la OIT, Guy Ryder. “Los sindicatos, las organizaciones empresariales, la sociedad civil y los ciudadanos de a pie tienen un papel fundamental que desempeñar”, agregó.
El informe propone una serie de medidas que supondrían un avance significativo para acabar con la esclavitud moderna.
Entre ellas se encuentran: mejorar y hacer cumplir las leyes y las inspecciones de trabajo, poner fin a las labores forzosas impuestas por los estados, reforzar las medidas para combatir las tareas obligatorias y la trata de personas en las empresas y las cadenas de suministro, ampliar la protección social y elevar la edad legal para contraer matrimonio a los 18 años, sin excepción.
Las mujeres y los niños siguen siendo vulnerables de forma desproporcionada. Cerca de uno de cada ocho trabajadores forzados es un niño, y más de la mitad de ellos son víctimas de explotación sexual comercial. Por otro lado, los trabajadores migrantes son tres veces más susceptibles de ser sometidos a trabajos forzados que los adultos no migrantes.
Antonio Vitorino, director general de la OIM, recalcó “la urgencia de garantizar que toda la migración sea segura, ordenada y regular”.
La esclavitud moderna se da en casi todos los países del mundo, y atraviesa líneas étnicas, culturales y religiosas. Más de 52 por ciento de todos los trabajos forzados y una cuarta parte de todos los matrimonios forzados se encuentran en países de renta media-alta o alta.