Puerto Progreso, Yuc. Se han cumplido 36 años del llamado misterio del High Ball IV, yate en cuyo interior viajaban nueve personas —algunos era prominentes empresarios locales—, que zarpó el 11 de septiembre de 1986 para ir a pescar, pero desapareció sin dejar rastro, pese a la exhaustiva búsqueda que se llevó a cabo por mar y aire.
Elementos de la entonces IX Zona Naval Militar, y particulares, iniciaron la búsqueda de los desaparecidos, la mayoría directivos de los Clubes Rotarios de Yucatán, quienes partieron del club de yates “Villa Dorada” en el puerto de abrigo de “Yucalpetén” en la embarcación.
Los ocupantes eran Rafael Cervera Ortiz, propietario del yate que contaba con casi dos décadas de uso; su sobrino Rafael Cervera Pérez; el doctor Iván Rosado Núñez, y Francisco Góngora Vela, presidente saliente y electo del Club Rotario de Mérida, respectivamente.
Además, Angel García Fernández, Miguel Portillo Contreras, éste último presidente del Club Rotario Montejo; Alonso Hernández Cabrera, vicepresidente de la misma agrupación; Raúl Domínguez Ávila, director de la Academia Comercial Marden y director general del extinto Sistema Radio Yucatán, así como el marinero Angel Pérez Espadas.
El entonces gobernador interino, Víctor Cervera Pacheco (1984-1988), ofreció apoyo a las familias de los navegantes desaparecidos. La búsqueda se extendió durante más de seis meses, sin resultados favorables; incluso participaron embarcaciones y aeronaves privadas, entre ellas un aerotaxi, propiedad del empresario Andrés García Lavín, sin éxito.
Si bien surgieron distintas especulaciones acerca del paradero de los hombres de negocios —como que fueron atacados por presuntos narcotraficantes, quienes luego dinamitaron el yate, y que la pequeña nave fue embestida por un enorme barco granelero y que también explotó—, nunca se comprobó nada.
Las investigaciones lograron establecer que la excursión fue organizada por Rafael Cervera Ortiz, en víspera de la toma de posesión de Góngora Vela, con el fin de unificar al gremio rotario; los asistentes se citaron a las cuatro de la madrugada en el puerto de abrigo de “Yucalpetén”, en Puerto Progreso, y esperaban regresar al caer la noche; sin embargo, como eso no ocurrió, sus familiares y las autoridades iniciaron la búsqueda.
Asimismo, que los rotarios fueron a pescar al punto conocido como el “3.30”, a unas 16 brazas de profundidad, frente al puerto de Chuburná, donde abundan los bancos de numerosas especies marinas. Se estima que un yate con tales características hubiera tardado unas dos horas en llegar a su destino.
El yate, ensamblado por la casa “Chirs Craft” en Estados Unidos, antes había sido propiedad de la familia Millet-Rendón, hasta que fue adquirido por Cervera Ortiz.
El yate deportivo medía 11 metros de eslora, con casco de fibra de vidrio, camarote, cocineta, sus interiores estaban forrados con alfombra, su tanque tenía capacidad para 600 litros de combustible, llevaba provisiones para dos días de navegación.