Permítaseme referirme una vez más a uno de esos estudios que fundamentan perspectivas de larga duración. En este caso sobre las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) provenientes de los hogares en México. Sí, ciertamente, los principales causantes del cambio climático se derivan del consumo de combustibles y electricidad de los sectores energético, del transporte e industrial, pero el sector residencial –su consumo directo y su huella de carbono– tiene un importante impacto en las emisiones y también es preciso atenderlo, entre otras cosas porque es un sector en el que pueden sustituirse de manera muy eficiente fuentes contaminantes. Por ejemplo, con el calentamiento solar de agua, que sustituye fósiles, abate emisiones y puede bajar el gasto en combustibles de los hogares, pero también con mayor peso de una electricidad limpia y bien respaldada, en ocasiones con generación distribuida, pero no únicamente.
Incluso puede bajar facturas si –como se desea y es posible– se logran costos de electricidad decrecientes. Sin duda, en el caso de México –y según estadísticas comparables de la Agencia Internacional de Energía– el sector residencial representa 14 por ciento del consumo de energía final. Concentra 22 por ciento de la electricidad consumida en México y con ella satisface la cuarta parte de las necesidades energéticas de los hogares.
En Estados Unidos, los hogares consumen 16 por ciento de energía final, concentran la tercera parte de la electricidad consumida y con ello satisfacen la mitad de sus necesidades. A nivel mundial los hogares consumen 21 por ciento de la energía final. Su electricidad es 27 por ciento del total consumido y con esa electricidad los hogares del mundo satisfacen la cuarta parte de sus requerimientos energéticos.
El detalle de esta problemática, su análisis y sus perspectivas de largo aliento lo encontramos en un muy buen trabajo, una tesis de doctorado del Centro de Investigaciones Socioeconómicas de la Universidad Autónoma de Coahuila (Ver investigaciones en el CISE, https://www.cise.uadec.mx/). La defendió hace unos días Judith Abisinia Maldonado Cruz: “Cuantificación y análisis de las emisiones de CO₂ de los hogares mexicanos 2014-2018”. Su director fue el investigador Sergio Colín Castillo, su codirector Alejandro Dávila Flores, y su lectora Miriam Valdés Ibarra, todos ellos prestigiados investigadores del CISE. En su examen contó con el apoyo del reconocido especialista en economía ambiental del Colegio de México, Alfonso Mercado García y también de quien esto suscribe.
A decir de la doctora Maldonado, con base en las Encuestas 2014 y 2018 de Ingreso y Gasto de los Hogares y las Matrices de Contabilidad Social del Inegi, se calculan emisiones de CO₂ atribuibles directa e indirectamente a los hogares mexicanos. El volumen estimado es cercano a 130 y 110 millones de toneladas de CO₂ equivalente (2014 y 2018). Directas del orden de 50 millones. Indirectas el resto. Las directas representan cerca de 20 por ciento del total nacional estimado por consumo de combustibles y electricidad. Ya lo comentaremos más.
Parte de la estimación –con procesos de facturación inversa– de volúmenes de combustibles y electricidad consumidos, compara resultados de ambos años, indica algunas líneas de prospectiva e identifica factores socioeconómicos clave que contribuyen en la generación de dichas emisiones.
El trabajo es relevante para diseñar y evaluar posibles comportamientos futuros, siempre en una perspectiva de “ganar limpieza” a mediano y largo plazos. Incluso incrementando el bienestar en los hogares. Pero se desprende la urgencia de sustituir al máximo el consumo de fósiles con otras fuentes y mayor participación de la electricidad, pero una electricidad proveniente de fuentes limpias, adecuadamente respaldadas e integradas a la red y siempre considerando la huella de carbono. Tesis bien dirigida y acompañada. Con relevante análisis. De veras.
NB: Gran pena por el asesinato de nuestros compañeros electricistas Luis Dionisio Figueroa Hernández y Juan Francisco Encinas García. ¡Qué indignación! Abrazo a sus familias. Amén